viernes, diciembre 29, 2006

Se acaba

El calor agobiante de estas latitudes me encuentra tachando los últimos días del almanaque de 2006. Vaya si el año del Perro fue peculiar.
Tal y como profetizó el oráculo de Ludovica, para los gallos (entre los cuales orgullosamente me encuentro), este año iba a aquietar las tormentas del 2005, siempre y cuando supiésemos capitalizar los incesantes movimientos telúricos del pasado año del Gallo, amén. Y así fue.

Si bien no puedo decir que toda la cosecha de 2006 fue buena, sí puedo decir que algunos círculos se cerraron (algunos trayendo una tristeza profunda) y otros, al hacerlo parieron otros círculos prometedores y felices. Posiblemente porque finalmente la vida es circular.

Las tristezas son básicamente dos.
Gaby, mi amiga, se fue. Tal vez necesitaba partir. No lo sé. Tengo el consuelo de haberla conocido, porque mi vida no sería la misma sin su huella. Seguimos juntas, aunque desde lugares distintos, riéndonos de las mismas cosas y haciéndonos compañía a cada paso. Cuando Ruby y yo empezamos nuestra vida juntos, ella me invitó a almorzar y le anunció a la camarera: "Vinimos a celebrar que mi amiga se volvió a enamorar". Yo amaba a mi amiga, entre otras cosas, porque tenía la grandeza y la generosidad de ser feliz con las alegrías de los que eran importates para ella.
El otro acontecimiento que me entristeció enormemente fueron las bombas que Hezballah decidió lanzar sobre Israel y el conflicto bélico que tuvo lugar después con tanta destrucción, muertes inútiles (como todas las de este tipo) y los soldados israelíes que todavía se encuentran secuestrados.

Entre las alegrías cuento con haber soltado ciertas resistencias y miedos que me permitieron encontrar a Ruby, que desembarcó para quedarse. Que en el 2007 nacerá mi séptimo sobrino (de la mano de un sueño mío). Que mi madre encontró a su Rolando Rivas. Que viajamos a Israel y Grecia y que reímos y nos peleamos y encontramos a la familia y amigos y que los dueños de los negocios nos pidieron por favor que abandonásemos el lugar (y no tan amablemente). Que algunos logros laborales se consolidaron y vinieron otras sorpresas para permanecer. Que empecé Pilates (no se rían, para mí es toda una odisea del espacio). Que me reencontré con algunas amigas de allá lejos, que otros tuvieron un hijo o concretaron una oferta laboral muy importante y tal vez esperada.

Y eso no es todo, pero sí por lo menos gran parte.

Lo mejor para este año, y parafraseando al Tato el Grande, a seguir tirando para adelante con la frente alta, vermouth con papas fritas y GOOD SHOW!

besos y más besos, valerita

lunes, diciembre 04, 2006

Y sí - Ser argentino, che, es COOL

Y si lo afirma un "gringow", ni hablar.
Hoy recibí/mos (encadenado) un email de Loreley, quien actualmente dicta clases de español en una universidad de Connecticut. Y ella dice que dijo un alumno que ser argentino es cool. Me conmovió leer su extrañitis aguda.

Y me despertó mi disfrute congénito:

Yo digo que ser argentino está muy buenow. Me gusta mi país, el cambalache de su gente, los turistas que llegan y se quedan, levantar un teléfono e ir a dar una vuelta con mi viejo, ir al zoológico con mis sobrinas, extrañar el mate como loca por el bendito tratamiento blanqueador de los dientes, comer asado, comer flan mixto, en fin, comer. Los por lo menos 2 llamados de mi mamá por día (podría ser peor). La vista a la mole del FONAVI que tengo enfrente, el sol de la pileta de Carolín Banderín, los tíos Marta y Quique, mis hermanos (los melli que mañana cumplen 33 años y Pablete, que mora en California, y sus hijos, presentes y por venir). Llamar a Mexico para hablar con mi tía Michelle, llamar a Paris para hablar con Eitan, llamar a Israel para hablar con medio país.

Ir a Pilates, trabajar desde mi casa, hacer brownies para un cumpleaños, hacer asados en la terraza, encontrar al amor de mi vida, dejarlo entrar, darle las llaves y hacerle el capuchino cada mañana. Recordar que había una vez una ciudad donde no había supermercados y el pedido se hacía al almacén y el chico de los mandados pasaba con la canasta a hacer el reparto y podíamos jugar en la vereda.

Darme cuenta de que hace mil años que no hago empanadas en casa.

Disfrutar Buenos Aires al mango.

Y buscar llena de esperanzas el camino que los sueños prometieron a mis ansias.

Extrañar a la ciudad con Gaby.

Besos con poncho, valerita

martes, noviembre 28, 2006

Yo también soy Silvia Prieto

Estoy corriendo con mil cosas que hacer, pero tengo que escribir esto. Ultimamente he adquirido el hábito de "googlearme" (buscarme en Google), so pretexto de ver cómo va mi sitio InsideBA en los buscadores. Hete aquí que encuentro de sopetón, porrazo y sin anestesia, que una de las "entintadoras" del dibujo animado Patoruzito es tocaya en nombre y apellido.

No sé bien qué decir. Es una sensación muy rara. En otro momento, hubiese llamado a Gabriela para contarle y se me habría reído en la cara y habríamos hecho mil bromas en tono dramático al respecto.

Y el que no entiende el título, que vea la película de Rejtman.

Besos desorientados, Valeria Duek

Que lo parió.

lunes, noviembre 27, 2006

Censura maternal

Para qué dar vueltas. Mi madre leyó el último post y no quedó muy contenta que digamos. Dice que saque su nombre y el de su pareja. Dice que saque un par de cosas más. Dice que es una falta de respeto hacia la familia (?).

Yo me encabrité. Luché y luché, pero no tuve más remedio que ceder ciertas posiciones. Llegué al siguiente acuerdo: aplico la censura si y sólo si se deja de joderrrrrrrr (con acento en la "r") con el tema del casamiento. Protestó (bastante), pero no la dejé hablar. Yo hago los cambios requeridos, pero a la primera de cambio vuelve la versión uncensored.

He dicho.

Atentamente, v.

jueves, noviembre 23, 2006

Mi madre reloaded (otra que Matrix)

Quiero contar a los cuatro vientos que mi madre, después de 13 años de divorciada, tiene novio.
Y no solamente que tiene novio, sino que lo conocimos. (Mmm) se llama el señor, que al parecer la quiere mucho. Es buen mozo y muy agradable. Ruby y yo estuvimos con ellos en un cumpleaños. A los (mmm) estaban. Mi madre, en un estado, cómo decirles, "comprometido": bajo el efecto de 2 Rivotriles que se había agenciado antes de ir al dentista ese día y un poco de un tintillo para alquilar balcones. (Mmm) estaba conténtishe.

El nono ya anotó en su super libretita el nombre y apellido del señor en cuestión y los mira cada vez que mi progenitora aparece, al igual que lo hizo con Ruby cuando lo conoció.

Estamos todos muy contentos. Todavía mi papá no sabe nada.

Hasta luego.

PD: Igual, mi papá es más lindo.

lunes, noviembre 20, 2006

La oferta impresionante

Hace unos días, no recuerdo ya en qué revista, salió un artículo referido a lo chic que son las mujeres parisinas sin ninguna necesidad de producción ultraestelar; o sea, lo que el artículo venía a significar, es que estas afortunadas féminas eran así, naturalmente chic. Para ilustrar el texto, había fotos de mujeres que sacadas en la calle, muchas veces sin que la protagonista lo notara.

No voy a negar que las chicas en cuestión eran chic.

Ahora bien, quiero expresar, declarar, dejar bien, pero bien clarito, que yo también conozco una chica chic. Vive en Buenos Aires, y debo decir que nunca, pero nunca la vi no chic. Se llama Adela. La otra vez la vi con unas sandalias espectaculares, ultra top, de lona negra y taco de yute con el dedo afuera.

¿Dónde las compraste? Fue el grito unánime de todas las que la acompañábamos en ese momento, esperando que nos dijera que las compró no sé dónde y que le costaron un dineral.

Hago un paréntesis. Ustedes sabrán que muchas mujeres guardan sus secretos de belleza y/o indumentaria bajo siete u ocho llaves, no sea cosa de que sean copiadas y pierdan su trono. Las muy yeguas no largan prenda, o peor aún, mienten descaradamente.

No es el caso de nuestra amada Adelaida, quien gustosa nos contó que las mentadas sandalias fueron adquiridas en una Chinelería de barrio "esas que tienen zapatos de vieja" y que su precio es módico y accesible al monedero de la dama y al bolsillo del caballero.

Hete aquí que necesitaba calzado veraniego y cuando vi las dichosas sandalias en una chinelería de Paraguay y Maipú, me avalancé sobre dos pares como si estuviera haciendo la ganga del siglo y no quisiera levantar la perdiz.

Paso tips interesantes para futuras compradoras: recorran, chicas, recorran, que puede haber una diferencia de precio de unos, digamos ocho pesos. Otro dato muy importante es que al otro día de usarlas por primera vez, los pies duelen muchísimo, pero después, ya está. Nunca más.

Nuestros agradecimentos a Adela, que además de chic, es buena mina.

Nos estamos viendo.

martes, noviembre 14, 2006

No quiero ser modelo

Hay una frase de Sting que tengo muy presente: “Sé vos mismo, no importa lo que digan”. La canta en “Inglés en Nueva York”, y es sobre lo que siente alguien cuando sabe que es distinto. Creo que en nuestra sociedad hay una fuerte presión para homogeneizarnos, para que todos seamos flacos, bonitos y no pensantes, sobre todo lo último.

He llegado a equiparar el pensamiento y la angustia, como si la reflexión no pudiera servirme para estar mejor. Pero voy a sentirme mal mientras no pueda pensar algunas cosas ¿por qué tengo que ver la diferencia como un castigo?, ¿por qué no tender puentes a partir de ella?, ¿a quién quiero parecerme y para qué?

Mis relaciones se vuelven más difíciles cuando intento ser lo que no soy. Hay demasiados mitos en el medio, demasiadas imágenes falsas. Y el miedo a que me rechacen si me dejo ver es duro de soportar. Pero quizá sea peor vivir en una ficción.

Podemos ser muchas cosas. Pero si no nos decidimos nunca sabremos lo que pudimos ser. Como esa gente que dice “yo podría escribir pero no lo hago porque…” Y después sigue una lista de excusas. Ante nosotros y los demás sólo somos lo que somos.

No creo que una vida mediocre sea la solución a la falta de opciones. Todavía es posible elegir, siempre es posible pero hay que combatir al miedo. Ese que nos dice que no lograremos ser felices, que es mejor convertirnos en momias. Ese que nos convence de no arriesgarnos por nada, cuado debería ser al revés, como proponía Cortázar: “…Y juegue mi vida mientras avanzo paso a paso para ir a comprar el diario a la esquina”.

Me pregunto en qué me ayudaría parecerme a la modelo que actúa en TV, además de seducir y ganar dinero. Sospecho que mi futuro no está en la pasarela. Prefiero dedicarme a escribir. Cada uno tiene lo suyo. Y si pierdo el tiempo tratando de imitar modelos inalcanzables, no haré mi propia experiencia. Pero cuesta: estamos acostumbrados a recibir órdenes en todos los ámbitos. El que se aparta de lo común es visto como un extraño, incluso como un peligro.

La difícil tarea de modelarnos a nosotros mismos no la haremos escuchando al maestro con los ojos cerrados. Al contrario, es con los ojos abiertos como se puede aprender, y aceptando que no estamos terminados. Pero tampoco el que nos habla lo está.

Y los que comparten nuestra búsqueda también tienen algo qué decir, no sólo los que “saben”. Hay rechazo al aprendizaje democrático en el que todos tienen derecho a debatir. Prefiero la polémica al silencio, que me recuerda al de los cementerios. Si estamos vivos, deberíamos agitarnos.

Lo que duele es elegir, siempre hay que renunciar a algo para tener otra cosa. Y a veces estoy disconforme con mis elecciones porque no me dan lo que esperaba. Pero equivocada o no, soy yo la que decido. En este país donde otros deciden por mí en temas fundamentales, tengo que hacerme cargo de las cuestiones “personales”: un amplio territorio que incluye familia, amigos, pareja y todo lo que me impulsa a ser auténtica. Vestirme como quiero, hablar de lo que pienso, juntarme con la gente que me ayuda a crecer. Hay una actitud que me parece funesta: “es el peor es nada”.

Conozco ciertas personas que viven de acuerdo con esa “petición de principios”. Están mal con ellos mismos, con su pareja y su trabajo pero se consuelan diciendo que eso es mejor que otra cosa. ¿Cómo pueden saberlo si el terror al cambio los mantiene ciegos?

Lo ideal sería encontrar la fuerza y el coraje necesarios para no ceder a las presiones sociales, que me llevan a hacer lo que no quiero en momentos que no son los míos. Pero para eso necesito tener la cabeza fría y no dejarme invadir por los mensajes que me vende la publicidad.

En “Aguafuertes porteñas”, Arlt le contesta a un hombre que le pide la fórmula de la felicidad: “No mire lo que hacen los demás. No se le importe un pepino de lo que opine el prójimo. Sea usted, usted mismo sobre todas las cosas, sobre el bien y sobre el mal, sobre el placer y sobre el dolor, sobre la vida y la muerte. Usted y usted. Nada más. Y será fuerte como un demonio entonces. Fuerte a pesar de todos y contra todos”. Si eso no es la felicidad, es lo más parecido que conozco.

Gabriela Lotersztain

Diario Clarín, 1992

lunes, noviembre 13, 2006

Gabriela Lotersztain, mi amiga

Gabriela falleció el 10 de noviembre de 2006. Tenía 36 años y éramos amigas desde los 18, o sea la mitad de nuestras vidas.

¿Qué se puede decir ante la muerte de una amiga? Sinceramente no lo sé. Tengo la honda sensación de que ninguna palabra alcanza.

Quisiera compartir con ustedes lo único que pude decir ayer, en ocasión de su entierro.

Podría decir muchas cosas de Gabriela.
Que era mi amiga más querida. Que el vínculo que nos unía era más fuerte que la palabra escrita.
Que era una mujer brillante. Que iluminó y enriqueció mi vida y también la de otros, a veces sin buscarlo; como la de esa chica que escribió una Carta de Lectores al diario Clarín, contando que una nota publicada en la sección Editorial, "No quiero ser modelo", había impactado tanto en su vida que no solamente decidió estudiar Ciencias de la Comunicación, sino que también fundó una revista en su pequeña ciudad natal. La nota había sido escrita por Gabriela, y yo no pude sentir menos que orgullo.
Durante nuestras correrías juntas compartimos una sucesión de momentos tragicómicos. Hubo un tiempo en que nuestro punto de encuentro tuvo que ver con su destino: la escritura.
Quisiera leer parte de una carta que me escribió Gaby cuando yo vivía en Tel Aviv. Teníamos veinte años y email todavía era para nosotros una ciencia oculta.


Buenos Aires, 20/11/89 (Lunes)

Queridisísima Valerie:

Heme aquí. Después de mucho tiempo pero dicidida a contarte todo de mi vida. La verdad es que estoy loquísima, el tiempo no me alcanza ni para respirar y sin embargo yo me empeño en desafiarlo y seguir asistiendo a mis múltiples actividades: Inglés, Franchute (te cuento que ya estamos terminando con la historieta de este año), terapia (con Diánele nos entendemos cada vez mejor: ella se ríe de mí y yo de ella), taller literario, gym y ahora he incorporado nuevas variantes, como ser: masajes en el Lola (para las contracturas provocadas por el "stress" de mi agitado "lifestyle") y Dieta Club: ahí no sé bien para qué voy porque no pienso abandonar mis errados hábitos alimentarios, ni aunque venga Cormillot a pedírmelo de rodillas (pero, así y todo, te confieso que bajé 2 kilos).
Lo que me tiene loca es la facu: Desde hace 2 ó 3 semanas y hasta dentro de un mes tengo que dedicarme a full a los exámenes, así que estoy estudiando duro (y faltando a los otros lugares porque si no, no llego).
(...) En el terreno "afectivo - erótico - sentimental", there's nothing in the lontananza. A principios de octubre salí con Adrián, tuvimos un "escarceo". Sobre esto te cuento una anécdota tragicómica: Mis viejos habían salido; nosotros fuimos a tomar un café a Van Gogh y volvimos a casa; ahí se desencadenó la "situation". Las cosas se habían puesto espesas cuando mi padre irrumpió en el cuarto; parece que creyó que estaba sola y no hacía falta golpear la puerta. Vos solamente imaginate la cara de ambos 3. Inmediatamente después, Adrián se las picó. Por suerte con papá no hubo problemas: al día siguiente yo no me animaba a entrar a su pieza a buscar los diarios pero no pasó nada.
(...) ¿Sabés que me corté el pelo? Me queda mucho mejor: lo tengo todo con bucles, parezco "Ricitos de oro", pero groncha.
A la que estoy viendo bastante últimamente es a Silvana. El sábado fuimos al Luna Park a ver a Ignacio Copani, el que canta "Cuántas minas que tengo". A mí las letras del tipo me parecen buenas, aparte habla en un lenguaje sencillo, como para que la gente lo entienda. Hay una sobre los intelectuales que dice: "Nosotros los cultos, los intelectuales... y después sigue diciendo: "Nosotros tenemos problemas más graves: surmenage, stress y depresión..."
¡Decime si no es para sentirse identificado!
(...) Bueno, Valerie, creo que ya está (por ahora). Prometo firmemente que pronto, cuando terminen los parciales, te voy a escribir más cartas ¡y largas!

Te quiero muchoooooooooooooooo (Me emocionó mucho cuando leí tu carta y me acordé de nuestros tés y nuestras "burguesías").

¡Te EXTRAÑO!

Besos de Gabriele (no me olvidé de vos, no tengas miedo. Yo también te tengo en IL CUORE)

lunes, noviembre 06, 2006

Ushpizin o cuando la maldición se transforma en bendición

Quique y Marta, los tíos de Ruby tienen un video club "de amor". Digo "de amor" porque ellos aman el cine. Su videoclub no se parece en nada a esos supermercados del video y dvd con alfombra azul y olor a popcorn donde siempre hay una empleada dispuesta a agrandarte la promo por 2 pesos más, que por supuesto no tiene idea de lo que es el cine y jamás podrá asesorarte en otra cosa que decirte si la película en cuestión está o no en stock.

Quique y Marta, quienes se han topado con Sofía Loren en algún tren que cruzaba Italia, quienes fueron lanzados a la fama radiofónica a través de Sebastián De Caro, quienes llaman a cada cliente por su nombre (aún a los más chiquitos); con sumo placer darán asesoramiento sobre una película adecuada según el humor, el día y las características del público destinatario.

Ahí estuvimos Ruby y yo el sábado a la noche. Nos trajimos Ushpizin, una película de factura impecable, sin estridencias ni autobombos innecesarios. Como ya comenté en mi post anterior, adoro las cosas bellas, buenas e inteligentes que me dejan pensando y/o hablando con los que más quiero.
Ushpizin podría ser una ventana al mundo judío religioso de Jerusalem, con sus costumbres y sus ritos o más bien podría ser un puente hacia nuestro corazón, nuestras fuerzas y nuestra fe en nosotros mismos.
Curiosamente, esta película como Little Miss Sunshine, habla de las dificultades y de cómo lo que aparentemente se muestra como una maldición puede transformarse en una bendición multiplicadora más allá de lo esperado. Habla de la fe en uno mismo, el camino nuevo que se ha emprendido, la humildad y la aceptación (mas no resignación).

Seguramente a muchos el hecho de que esta película tenga como protagonistas a judíos ortodoxos les parezca razón suficiente para tacharla de sus lista de preferencias. Un amigo mío que vive en Israel, cuando le conté que la había visto me preguntó por qué, en el sentido de "¿qué necesidad hay?" Es alguien a quien quiero mucho, dueño de un sentido del humor combinado con una inteligencia envidiable, sazonado con siglos de "shtetls" y cucharadas generosas de "El violinista sobre el tejado", quien una vez expresó a la vuelta del super: "Me equivoqué y compré pescado del bueno". Ese es Meir, quien la sola mención de la palabra "religioso" le provoca un espontáneo "uacala". Y si no, pregunten a los gays que quieren hacer su manifestación del orgullo en Jerusalem.

Me estoy desviando.
Lo que quiero decir es: vean la película. Si tienen prejuicios, por favor sáquenselos.

Después me cuentan.

Saludeiros, v.

martes, octubre 31, 2006

Volver y Little Miss Sunshine o Gracias a la vida

Ir a ver buen cine siempre significó para mí una fiesta. Si lo hago en buena compañía, ni hablar.
Creo que el séptimo arte ocupa un lugar preferencial en lo que a la belleza de este mundo respecta.

Las últimas dos veces que fui al cine, dejaron en mí el dulce sabor de las cosas bellas y buenas.
El señor Almodóvar hizo maravillas con Volver, y podría decir que volvería a ver esa película sin temor a que la frente se marchite.
"Volver" disparó una multiplicidad de sentidos, que me dejaron pensando mucho tiempo después de haber dejado la sala.
Volver a revisar el pasado. Volver para pedir disculpas y ser perdonado. El pasado, que a veces vuelve y nos devora y otras sólo regresa para suturar tristezas malhabidas.
¿Es tan malo mirar hacia atrás? Sólo si uno se queda para siempre atado a su piedra.
Volver. Porque no todo tiempo pasado fue mejor.

Little Miss Sunshine: suicidio, drogas, divorcio, bancarrota y mudez por opción. Un panorama prometedor.
¿Es posible seguir adelante frente a todas las dificultades, las previstas y las del todo inesperadas? Esta película no solamente se atreve a afirmarlo, sino lo hace de una manera sobria, inteligente y conmovedora.
Una bofetada en plena cara al American Dream.

Y yo, qué? Hago de mi vida un arte? Soy capaz de seguir pese a todo? Puedo ver a mi pasado de frente?
No lo sé, realmente. Lo que sí sé es que hoy, mi vida, salvo una situación que me tiene realmente muy triste, tiene una armonía inusual, y me gusta.
Tengo problemas, cuándo no?, pero soy feliz. Soy feliz con lo que soy, con lo que tengo, con lo que siento. Y no pienso quejarme ya por lo que no soy, lo que no conseguí, y lo que no he sentido.

Prefiero armar un nuevo rompecabezas con las piezas que me tocaron y con las que me supe conseguir.

A propósito de la buena compañía cinéfila y agradecer a la vida: el ahora integrante del elenco estable, Ruby, compañero de mis andanzas, de mis días y de mis sueños y Carolín Banderín, amiga, dulce, sensible y elogiosa. (Y Speedy Gonzalez a la hora de pagar la cuenta).

Dulces sueños.

lunes, octubre 30, 2006

Requiem para un Kosako

Aprovechando que el clima era propicio, menos de veinte grados con amenaza de lluvia, el sábado decidimos resarcirnos y enfilar hacia el restaurante El Kosako de la calle Junín.

Sin chequear la dirección exacta, pero con más disponibilidad de tiempo y paciencia, enfilamos hacia aquel lugar que alguna noche de lluvia nos albergó, junto a Débora, ese ángel que providencialmente la vida me envió para que mis temores encontraran un diluyente potente y efectivo. Esa noche me maravilló la ambientación del lugar, que inevitablemente me trasladó a una Europa de sabores y colores que jamás conocí y quién sabe si sigue existiendo o se la llevó el diluvio universal de las guerras.

En fin, llegamos al lugar sólo para comprobar que el diluvio también pasó por allí, borrando toda huella del Kosako, para dar paso a un restaurante francés (?) que todavía tiene la K de metal en el frente de su puerta.

Enjugando un lagrimón cambiamos abruptamente el ángulo gastronómico y terminamos en Cantón, Córdoba y Estado de Israel.

Besos con palitos, v.

jueves, octubre 26, 2006

Castells en la Avenida Alvear: Tortas Fritas con Champagne

Resulta que a la mañana estamos escuchando Radio Mitre. Final del programa de Magdalena y todo Lalo hasta la una y después el trío Halperín Barragán Maciel. A Zlotowiazda haciéndose el lindo que lo aguante su abuela. A las 5 me paso a la Negra Vernacci.

Resulta que el lunes 23 próximo pasado, a lo largo del Rally radial de referencia, escuché que en la elegante Avenida Alvear se iba a inaugurar la 4ta. edición del Alvear Fashion and Arts, evento que promociona lo más exquisito en moda y arte, en el lugar más exquisito de Buenos Aires. Alfombra roja de punta a punta, música en vivo, colectivos antiguos y champagne para los asistentes. Hasta aquí todo muy lindo pero nada especialmente peculiar. Pero he aquí que de pronto en la Radio irrumpe la voz de Castells anunciando que él también va a desembarcar en la Avenida Alvear. No lo iba a hacer con Fashion ni con Arts, sino con choripanes, torta frita, mate cocido y olla popular.

Así las cosas, le propuse a mi Jefe de Redacción, Ruby alias Yumein, ir a cubrir el tole tole monumental. Porque que iba a haber rosca, iba a haber rosca.
Así que partimos pues a las siete y media de la tarde rumbo a la Recoleta. Detalle: fuimos en auto. Otro detalle: el lunes las temperaturas, 35,9° rompieron el record histórico para la época.

Intersección de Libertador y Alvear: cerrada. Bolonqui de tránsito que ni te digo. Ruby empezó a resoplar ante el ritmo camélico que adquirió la caravana de automóviles. Nos abrimos paso a los codazos hacia Ayacucho, que también estaba cerrada, pero al explicarle al "cana cuidador" que nos dirigíamos "al evento", nos dio paso. Ritmo camélico de automóviles, sin solución de continuidad. Resoplidos de Ruby, en franco ascenso. Sumó bocinazos. Luego me empezó a preguntar si yo sabía de qué se trataba el evento. (Salió a la luz el "Kéibron Ruby". Hay que bancárselo, pero a mí no me importa porque en realidad me encanta que mi novio sea un cabrón - con acento en la "C". Los hombres "babita de caracol" no me van ni un minuto). Le dije, ningún problema, volvemos a casa y listo. No!, me contestó dando otro bocinazo, ya estamos acá. Finalmente conseguimos cruzar Alvear. Cuando ya nos estábamos olvidando de encontrar un lugar para estacionar, encontramos uno con tarjeta, en Azcuénaga y Vicente López. Un tachero nos avivó y nos dijo dónde sacar el ticket, para evitar que la grúa nos levantara el auto.
Dura la vida del reportero.
(A esta altura Ruby ya se había calmado).

Caminamos hasta el Hotel Alvear. Y allí, en medio de música en vivo, alfombra roja, turistas bailando desbocados, y la gente más chic de Buenos Aires, estaba Castells, su gente y un millón de policías. Cámara digital en mano, nos zambullimos en la multitud hasta llegar a Castells. Que no pudo armar su olla popular ni repartir tortas fritas, pero sí pudo transmitir su mensaje. Castells consideró a la exhibición "un acto de ostentación y burla contra el hambre del pueblo". Y arremetió, "la oligarquía de esta zona nos ha impedido pasar a un lugar que han tapizado con 3.000 metros cuadrados de alfombra roja, y nos han confiscado las tortas fritas y murales con fotos de niños de nuestros comedores". Pero trató siempre de incluir en el reclamo a los asistentes, poniendo el tema de la seguridad como eje de su discurso, plataforma utilizada en los últimos tiempos por Castells a partir de su convergencia con Juan Carlos Blumberg. (Y sí, cada uno trata de llevar agua para su molino).
"Queremos una Argentina más equitativa, igualitaria, y queremos la alfombra roja y el champán para todos", afirmó el líder piquetero, mientras caminaba al frente de una columna que avanzaba por la Avenida Alvear.

La nota de color la dieron algunas mujeres muy, pero muy pitucas que lo saludaban a su paso con la“V” peronista (?). Una desubicación fruto del más indolente de los desconocimientos, ya que no solamente que el líder piquetero nunca se manifestó cercano al partido fundado por el General, sino que sostiene posiciones, en todo caso, mucho más ligadas al socialismo.

Otras damas, más proactivas, decidieron pasar directamente al frente y participar. Pidieron banderas del movimiento de Castells y las pasearon orondamente por la calle.

Nosotros, después de sacar fotos a morir, tratar infructuosamente de recuperar un celular que a a alguien se le había caído pero que me arrebató un gordo con intenciones del más liso y llano "afano", resoplamos y nos fuimos a una joyería de Alvear a tomarnos un Chandon.
Además de ver a las mujeres vestidas como si estuviesen en el Festival de Cannes, había otras divas del espectáculo y/o pasarela, que supieron ver noches mejores: Mora Furtado, Pata "cuidado que te afano" Villanueva, la Bredicce con amiga pero sin su hijo Indio; miles de pacientes o ex pacientes del Dr. Ravenna. Obvio que no lo estaban representando, sólo estaban allí por su ligazón con el diseño, la decoración, la organización, o el champagne (quién sabe).

Una vez que dimos la cobertura periodística (anque involuntariamente cholula) por terminada, decidimos que teníamos hambre.

Ruby propuso un restaurante de comida polaca (que a la sazón ofrece comida exquisita, pero más adecuada a lugares donde la temperatura tiene valores bajo cero). No quise discutir. Gracias al cielo nuestro desconocimiento geográfico de la zona y mi cansancio de estacionar y des - estacionar el auto un millón y medio de veces, nos llevó a un restaurante de pasta sobre Vicente López.

Fin del relato.

PD: hay una foto lindísima de Ruby y la que suscribe, pero que no me la deja poner porque dice que salió feo. Yo no estoy de acuerdo, pero ni modo.

martes, octubre 17, 2006

Iom Kipur - leer con música del Padrino de fondo

Siempre supe que mi familia era peculiar.
Hay familias que se parecen a la retratada en la película Avalon. La mía más bien es un identikit de Mi gran casamiento griego: un millón y medio de ruidosas personas emparentadas por un culto a la comida bastante loable.
Hace algunas semanas festejamos Rosh Hashaná, el Año Nuevo Judío. Diez días después, Iom Kipur, el Día del Perdón.
El Día del Perdón es una fecha de constricción y meditación, motivo por el cual se ayuna. Las familias suelen reunirse tanto para la comida anterior al comienzo del ayuno, como para la primera comida después del mismo.
Unos días antes mi madre, Alegre, cada vez que hablaba con Ruby por teléfono, le decía que quería hacerle "unas preguntas" (serias). El le preguntaba si continuaría el interrogatorio comenzado la noche que lo conoció en la Parolaccia y ella le decía que sí. Yo escuchaba tales conversaciones entre divertida y con ganas de callar a mi madre.
La noche que terminó Iom Kipur fuimos a romper el ayuno a la casa de mi mamá. Eramos pocos: el nono Daniel que con 93 años se le ocurrió que ayunar era una buena idea, mi progenitora, mi señor novio y la que suscribe.
Ya no recuerdo a qué altura de la cena a mi mamá se le ocurrió hacer su "interrogatorio": le preguntó a Ruby desde cuándo estaba enamorado de mí, si podía mantenerme (?), porqué estábamos viviendo en mi casa y no en la suya, también me preguntó a mí si yo estaba enamorada de él. La cuestión es que en un momento dijo que cuando ella conoció a Ruby le gustó de inmediato y que estaba muy contenta, pero que después empezó a tener ganas de matarlo, y que se dio cuenta que algo andaba mal, entonces empezó a hablarse, "porque yo me hablo", nos explicó Alegre, y me di cuenta de que estaba celosa, siguió poniéndose a llorar, porque mi hija es una excelente persona, talentosa, y muy bonita (seguía llorando), UNA JOYA; y si la hacés sufrir TE CORTO LAS BEDAT! (las bedat en árabe quiere decir "pelotas", como buenos judíos sefaradíes manejamos las palabras claves en esa lengua). Explicale qué quiere decir bedat, me pidió mi mamá llorando. Ruby es ashkenazí pero habla muy bien árabe, así que no hizo falta que le explique nada.
El nono sirvió de testigo silente. O más bien sordente, porque no escucha niente.
Sólo faltaba que mi progenitora agregue "y va a parecer un accidente".

En realidad todo el episodio me conmovió profundamente. Mi madre que no quiere que su hija sufra y que se expone de tal manera. Por Ruby, ni me preocupo. Le dije a mi mamá que se quede tranquila porque yo confío plenamente en el hombre que elegí.

Los mantendré al tanto.

Cordiales saludos.

PD: Ruby anda contando risueñamente a todo el universo que Alegre amenazó con caparlo. Ella está trantando desesperadamente de callarlo. Hasta ahora, sin éxito.

miércoles, septiembre 27, 2006

Aueg figst tgrip tuguedeg - Rosario, una ciudad donde todos los perros duermen la siesta.

Destino (postergado aparentemente ad eternum, pero concretado felizmente el 14 y 15 de septiembre): Rosario, ciudad natal de mi nono Daniel y de Fontanarous.

Objetivo: Lanzamiento oficial en Rosario del sitio adnmundo, del cual Ruby es "Redactor en Jefe" y co creador junto a Juan Carlos.

Comentarios: Hay acontecimientos que son importantes en una pareja que recién comienza a dar sus primeros y firmes pasos. Este viaje ocupa un lugar de privilegio porque fue el primero que realizamos juntos. De alguna forma, el hecho de que no haya sido un viaje de placer, sino un viaje de negocios, no es menor para mí. Me sentí muy feliz cuando Ruby me pidió que lo acompañara. Es en esos momentos cuando adquiero la dimensión de que el albedrío es en realidad una felicísima bendición, no una coincidencia, o una maldición o una decisión de último minuto.
Llegamos el jueves pasado el mediodía después de un accidentado viaje en Chevallier, que nos hizo llegar con un contundente retraso y separados con Juan Carlos, quien se encaramó a otro micro.
Tarde de trabajo intenso. Conferencia sobre la situación en Medio Oriente con nutrida asistencia, a pesar del paro docente en la UNR (Universidad Nacional de Rosario). (¿Sabían que a la ciudad universitaria rosarina le dicen Siberia? - sho, no). Igual, los estudiantes jugaban al fulbito en las canchas del campus frente al río.
Luego, charla sobre periodismo en la UAI (Universidad Abierta Interamericana). Edificio asombroso, con estilo andaluz, bien conservado. Daba ganas de quedarse mirando todos los detalles.
Audiencias curiosas y preguntonas. Novia de Ruby, orgullosa.
Dopo, opípara cena con la troupe rosarina que escribe en el s Juan Carlos, Fabián Vidoletti, Emilio el memorioso y las "Leonas del CEPI" la Verónica, laitio sobre política internacional: Eugenia y la Valeria.
Final del día en "El Cairo", legendario bar de Rosario que cuenta como habitué entre otros a Fontanarrosa. Primeras fotos de Ruby y yo juntos.
Viernes. Conferencia de prensa con los medios locales. Paseo por la calle Córdoba; Monumento a la Bandera; el Paraná. Nota importante: todos los perros que vimos después del mediodía buscaron su rinconcito para descansar al sol. La siesta en Rosario no es patrimonio exclusivo de las personas. Almuerzo frente al río. Surubí que te la voglio dire. Una vuelta más por el shopping y derechito a la terminal. Regreso a Buenos Aires.
Bajar del micro en puente Saavedra y volver muertos de cansancio a casa.
Hacía mucho que no visitaba Rosario, desde mis tiempos de General Motors. Es una ciudad preciosa, energética, donde el cielo muestra su irreprochable presencia en cada rincón.

Besos embanderados

martes, septiembre 05, 2006

A pedido del público - DETALLES

Antes que nada, nobleza obliga. Mil gracias por los comentarios preciosos y los buenos augurios. Ante la insistencia de la teleaudiencia, (o sea "uds" pronunciado U-D-S con acento prosódico en la U, y no "ustedes") les cuento algunos detalles sha sea jugosos, sha sea triviales, de mi relación con Ruby (alias Rubén en el DNI, alias Yumein en aimará, alias Duby para los más pequeños que habitan en Francia).
Nos conocimos hace más de un año, en una presentación, pero no tan típica porque a ninguno de los dos nos dijeron que nos iban a presentar. A mí me engatuzaron diciéndome que él me podría ayudar en el área laboral y a él ni mu le dijeron. Su padrino, de aquí en más "el artífice", sólo le dijo que pasara por el bar de Suipacha y Av. de Mayo a buscar un dinero.
Esa noche, el padrino se fue, Ruby se quedó sin su dinero, pero se quedó charlando con la chica (o sea muá).
Desde esa noche pasaron la mar de malos entendidos y sobre todo un cagazo de dimensiones considerables de mi parte.
Nos dejamos de ver.
Este año, previa meditación en Punta del Este, establezco nuevo contacto con el caballero. De vuelta me cago en los calzones. Viajo a Israel con mi progenitora.
Vuelvo.
Ruby me canta la filípica en Pérsicco y me dice que no puede evitar que yo le guste y que me deje de joder. Hago caso a medias, tratando de dejar la incontinencia, pero sufro un revés que por poco me quedo sin este hombre maravilla.
Viernes 14 de julio, aniversér de la Revolución Francesa y cumpleaños de mi abuelo que cumplió 92 (ó 93?), salimos a comer comida armenia, a morirme de frío un poco, a tomar café y a enamorarnos definitivamente. Por supuesto que seguí jodiendo un rato más, pero esa noche no dormí de la emoción.

Antes de una semana me dio el beso más lindo del mundo. Cuatro días después tenía las llaves de mi casa. De mi vida. De mi mundo.

martes, agosto 01, 2006

Pido gancho o cuando tiene lugar la maravilla

Entre tantas noticias terribles y la crónica interrumpida de un viaje inolvidable, ocurrió - me ocurrió - la maravilla. Vino sigilosa el domingo 23 de julio para quedarse.
Por tercera vez en mi vida respiro la certeza del amor y miro orgullosa y conmovida al hombre, al rey, que camina a mi lado.
Dicen que la felicidad posee un tiempo retroactivo y que se formula en pasado. No lamento decir que no estoy de acuerdo. A nosotros nos está ocurriendo en tiempo presente contínuo.

Sólo puedo decir que deseo que la misma felicidad irrumpa en sus vidas e invada sus corazones.

Besos multicolores, v.

jueves, julio 20, 2006

Tristeza infinita

Creo, siento, pienso que las guerras son terribles. Que los dos lados pierden. Esta guerra en particular me pone infinitamente triste.

Hoy recibí un mail que me paralizó. Alguien que conozco y que aprecio, me envió una poesía que hablaba de esta guerra. Tomaba claramente una posición. Como la persona que me mandó la poesía no agregó ningún comentario, concluyo que tiene una posición similar. Dudé en contestarle, porque aprendí que hay cosas que es inútil contestar. Sin embargo, cuando salí del estupor, decidí hacerlo.

La poesía fue escrita Gabriel Impaglione. La transcribo.

Pregunto: dónde estan los niños?
He visto las mismas bombas que astillaron Bagdad
como una antigua magnífica cerámica
caer con su bramido de roja singladura
sobre Beirut.
Es verdad que el miedo se espesa
hasta hacer coraza de la piel ardida?

Cuánta muerte, Andrés, amigo mio,
significa Israel partida por la rabia?
Se puede medir la gravedad del miedo,
la profundidad de la sangre?
Como se dice Basta para que se entienda?

Cuántos muertos sin muerte en los refugios
donde también se apilan desmemorias!

Es verdad que en Beirut las calles
conducen sólo a una gran tumba abierta?

Dónde estan los niños?
Han sobrevivido las muchachas que resplandecían
detrás de los inmensos ojos negros?
Va de cadáver en cadáver la poesía
que abrió las ventanas del Líbano
a paisajes de andamios y de pájaros?

Dónde esta los niños?
Dónde!
Dónde estan los niños!

Generales, mercaderes de armas, traficantes
de banderas, secuaces del imperio:
dónde estan los niños!

Si es verdad que las heridas
lloran gotas de respuestas rotas, el aire
es espada que destroza la mano que la empuña.

Porqué Joumana los verdugos
cuando todo pedía por el canto?

Dónde estan los niños!
Junto a los huesos de sus padres en las cárceles
y los centros de tortura?
Bajo la lluvia de plomo a mansalva?
En las orillas de las ciudades sitiadas por el odio?

Las mismas bombas que una vez y otra
se repiten imbéciles, ciegamente imbéciles
sobre plazas, mercados, aulas y cocinas,
sobre los niños del Líbano y Palestina,

sobre todas las conciencias
también caen ahora sobre mi casa.

He aquí mi respuesta:
Pienso que todas las muertes son infinitamente dolorosas. Lo que no entiendo mucho es porqué los padres de estos niños y sus gobernantes albergaron en su país a una organización terrorista como Hezbollah. ¿En qué estaban pensando cuando decidieron hacer eso? El terrorismo es salvaje. ¿No pensaron que Israel tenía algún derecho de defenderse como país, de defender a su población? ¿En qué estaba pensando Hezbollah cuando tiró el misil en Nazareth y mató a 2 nenes árabes?
¿En qué piensan los padres palestinos que mandan a sus niños a tirar piedras? ¿Por qué se esconden tras sus hijos?
Las muertes de los civiles israelíes, valen menos?
¿Es lo mismo invadir un país como Irak que tener que defenderse, y no tener más remedio que bombardear como respuesta?
Si estamos en desacuerdo con ciertos aspectos de la política internacional de EEUU, ¿eso se tiene que extender necesariamente a un desacuerdo a todo lo que apoye Bush absteniéndonos de pensar por nosotros mismos? Con ese criterio deberíamos ponernos felices por las Torres Gemelas, no? (Aclaro que no estoy para nada de acuerdo con la invasión norteamericana a Irak).
Israel no tiene problema de vivir con los árabes como vecinos, pero evidentemente a algunos árabes sí les molesta que Israel exista. Creo que Israel tiene todo el derecho a defenderse de un ataque de una organización terrorista como Hezbollah cuyo objetivo es que Israel sea borrado del mapa de Medio Oriente. Y no te quepa duda que si Israel no se defiende es exactamente lo que va a pasar.
En la Guerra del Golfo la población civil israelí fue atacada con misiles en una contienda bélica de la que ni siquiera participaba activamente e Israel no respondió.

Creo que antes de emitir juicios o reenviar juicios de otros, sería muy aliviador poder pensar por nosotros mismos.

Si querés aprender un poco más sobre la Historia del mapa actual de Medio Oriente, te recomiendo la película Lawrence de Arabia. Es muy fiel a los hechos que se sucedieron a comienzos del siglo XX.

lunes, julio 17, 2006

Lo que pasa ahora en ese "paisito inolvidable"

En mis crónicas sobre el viaje increíble patrocinado en su generosidad por mi señora madre, alguien del "Mundo Blog" me descubrió y en un comentario me contó de su visita a Israel en el 94, al cual describió como "ese paísito inolvidable".

Vaya si lo es.

Sigo adelante con mi vida, pero con una tristeza inmensa e inevitable por lo que está pasando en Israel.
Mandé mails. Hablé con tíos, primos y amigos. El que no tiene un integrante de la familia enrolado actualmente en el Ejército, tiene uno que puede ser llamado como reservista en cualquier momento o vive en el norte; o no. A esta altura da igual.

Conozco a alguien que vivió mucho tiempo en Israel. Actualmente se encuentra en Buenos Aires. Fue llamado como reservista y le solicitaron que esté "ubicable".

Es la primera vez que tengo una sensación de guerra tan vívida. Claro, la guerra dejó de ser una sensación para transformarse en una realidad más que vívida.

Escucho radio israelí por Internet. Algunos programas siguen con su rutina habitual, en un intento de seguir con una cotidianeidad lo más parecida a una vida sin bombas ni refugios. Otros cambian merced a los acontecimientos. Los oyentes se comunican de todas partes del país y de otros países. Ahora habla uno desde Vancouver, Canadá.

Y mañana, otro aniversario aterrador de la AMIA.

En ese ritmo pendular transcurren mis horas. Mis días.

miércoles, julio 12, 2006

Lo que pasó el 6 de mayo (o Meyer no shores)

Bueno, el tema es así.
Meyer es el marido de Sonia. Ambos viven en Israel con su prole. Tres bellos niños: Elian, Itai y Alón (o Alá lalá lalón).
Como les anticipé al final del mail fechado el 5 de mayo, al día siguiente fui a la playa con Sonia, Meyer y flia.

Por mi ajetreado "lifestyle" me olvidé de contarles la crónica, y Meyer me reclamó por chat, además de hacer público su despecho en un comentario del blog.

He aquí la crónica. De todas las veces que fui a la playa en todos mis viajes a Israel, puedo decir sin temor a equivocarme que más del 50% lo hice en compañía de los Szydlo (a la sazón, Sonia y Meyer). Esta vez recalamos en una playa de Hertzlia Pituach, y en seguida buscamos una suerte de gazebo gigante, que viene a cumplir la función de "sombra pública" bajo el caliente sol de Medio Oriente. Este gazebo lo utilizan, en su mayoría, familias con bebés y/o con chicos muy pequeños. Cabe aclarar que el espacio de sombra que conseguimos fue mínimo, pero igual nos acomodamos.

Los chicos más grandes fueron al agua previo encreme con protector solar factor un millón con el padre y Sonia, Alón y yo nos quedamos charloteando. (Por supuesto que Alón no charló; creo que estaba ocupado con la teta de su mamá). Luego llegó el resto de la familia de su baño en el mar y nos dedicamos a almorzar sandwiches de humus con pastrón y otra clase más que no me acuerdo. Típico pic nic playeril.
Después me tocó hacerme cargo de los niños, cosa que hice con mucho gusto, tratando que no se maten en la trepadora (y no maten a otros chicos).

Finalmente recalamos en la Marina y su shopping Arena. Lo increíble es que los sábados casi todos los comercios del shopping están cerrados por Shabat, pero algunos locales de comida están abiertos y la gente va a pasear en manada a ver vidrieras y a COMER (deporte muy popular entre los israelíes). Nosotros hicimos lo propio en una heladería frente a la Marina. Cuando los chicos se enchastraron lo suficiente, emprendimos el regreso.

Un bello día playeril en muy buena compañía.

En las fotos: Sonia y la que suscribe. (Aclaro que primer Meyer sacó una foto en la que se veía mi pierna en toda su extensión y magnitud y se la hice borrar con urgencia). Meir y Alón en el espacio de sombra.

Besos mojados, v.

viernes, julio 07, 2006

La clase media fue al paraíso (y volvió) - (fechado el 12 de mayo de 2006)

Queridos todos,

Ayer por la tarde Alegre y yo hemos vuelto de nuestro paseo por la isla de Rodas. La pasamos muy bien.

El hotel (cuatro estrellas, media pensión, pero que no proveía de shampoo) estaba minado de jubilators provenientes de Noruega y adyacencias. Se nota que sus pensiones son generosas y que pueden darse estos gustazos. Felices ellos. Argentina año verde. Para ellos será como ir a Mar del Plata.

El primer día visitamos la ciudad vieja. La recorrimos de punta a punta y estuvimos en la antigua sinagoga. La comunidad judía de Rodas contaba con 4000 miembros, de los cuales 1800 fueron muertos en los campos de exterminio nazi. Al lado de la sinagoga hay un pequeño museo que ilustra con fotos la vida de la comunidad en su época de florecimiento cultural y económico. Cerca, en una plaza, un pequeño monumento in memorial escrito en ladino (lengua que hablaban los judíos del lugar), italiano, ingles, hebreo y francés honra la memoria de aquellos cuya vida fue truncada.
También fuimos a la Acrópolis y al Stadium. Nos llamó la atención que estaban muy descuidados.

El segundo día fuimos a la playa de Lindos, escenario paradisíaco de la película Yo amo a Shirley Valentine, donde la celebre frase FUCK is FUCK, BOAT is BOAT saltó a la fama (el que no vio la película, que corra a alquilarla y después me cuenta). Lindos tiene una de las únicas playas arenosas de la isla (la mayoría de las playas son de piedra), así que nos gastamos la guita loca en alquilar una sombrilla y 2 reposeras y tirarnos al sol como 4 horas. (Carolina, tomé sol otra vez).

Antes de contarles lo que hicimos el tercer día, y releyendo el mail, me doy cuenta que todo suena muy civilizado y los estoy privando de las andanzas de mi madre, que hicieron que el viaje además de hermoso fuera comiquísimo.

Primero y principal: todo carísimo. Con decirles que éramos las únicas latinas paseando por ahí (los otros sudacas que caminaban era una pareja de argentinos que hace 4 años que vive en Israel, y que para ellos los precios
no son tan caros). Falta que pongan en el aeropuerto un cartel que diga PROHIBITIVO para LATINOS, PRECIOS MORTALES, y estábamos listos.

Alegre, encargada de las vituallas, le saco el jugo hasta el final a la bendita media pensión que teníamos en el hotel, preparando el almuerzo cuidadosamente envuelto en servilletas de papel y bolsitas. El único detalle fue que el primer día sacó comida como para 6 comensales de muy buen comer. Con decirles que tuvimos que tirar la mayor parte, y mi mamá se
lamentaba que no había pobres que pudieran aprovechar la comida.

Utilizábamos las mil y una estrategias para que no nos decapiten con los precios (todas lícitas, aclaro). Algunas nos salían bien y otras, no tanto.

Mi función era de traductora y usos múltiples. Igual, Alegre a veces se empecinaba en preguntar ella, entonces les decía a los greeks: I want to ask you something, BUT I don't understand English. So please, I say a word and you say a word. Créanlo o no, se las arreglaba para tener conversaciones con la gente. Tengo muchas anécdotas al respecto, que se las contaré a la vuelta (sólo si me ruegan).

El tercer día navegamos hasta la isla de Symi, el lugar soñado para ir de luna de miel. Symi esta cerca de Rodas, tiene casitas pintadas de mil colores y sus pobladores venden las esponjas naturales que sacan del mar (te sacuden cada esponja desde 4 euros, hay algunas cuyos precios se elevaban hasta 13 euros - una bicoca, pero los franchutes meta comprar ante mi más atónita mirada de deseo). Decidimos tirar la chancleta con mamá y comernos una ensalada compartida en un lugar precioso con un mozo ídem además de simpático y seductor.

Bueno, ayer a la tarde volvimos a Israel. Nos tomamos un tren al llegar al aeropuerto de Ben Gurion, y luego un bus a Raanana (donde viven mis tíos). Ahora los precios en shekels nos resultan baratos (creer o reventar).

Bueno chiquis, los voy dejando.

Hasta la próxima.

Muchos besos, v.




viernes, junio 30, 2006

Mar Muerto, Ninette, Ulises, alguien más y los pajaritos desgraciados (fechado el 5 de mayo de 2006)


Bueno, les cuento.

El Día de la Independencia (Iom Haatzmaut) fuimos al Moshav (establecimiento agrícola parecido al kibutz) Bitzaron, donde nos encontramos con toda la familia Saban, cuya matriarca es prima hermana de mi abuelo materno. También festejaban el bat mitzva de la hija de los dueños de casa. Catering con asado estilo brasileño, todo al aire libre, música, baile. Precioso. La pasamos bárbaro. Lo único que lamento es que no pude grabar a Rebeca (la ladino parlante), porque no me dio el tiempo.
Los dueños de casa exportan ajo, caqui y bulbos de lirios al mercado común europeo.
En la foto, Alegre, mi madre, preciosa, y Rebequita, quien fue preciosa en su tiempo.

Al día siguiente partimos al Mar Muerto desde Tel Aviv. Cuando llegamos a la Estación Central de Jerusalem, todos bajamos del micro con nuestras pertenencias para pasar por la misma revisación de seguridad que poseen los aeropuertos (detección de metales y rayos X para el equipaje). Después subimos al mismo autobús. La Estación Central también cambió mucho desde la última vez que estuve ahí. No solamente en términos de Seguridad, sino que ahora también se convirtió en un shopping de la san puta. Otra curiosidad es que por primera vez vi chicas soldado religiosas, con pollera larga hasta los tobillos.
En el viaje escuché a 2 chicos (pareja) hablar en español. Uno venía de Brasil - Ulises - y el otro de Perú - les debo el nombre. No pude con mi genio y los asesoré para que fueran al mismo lugar donde íbamos Alegre y yo, donde y cuando tomar el micro de la vuelta y que hacer los días que les quedaban en Jerusalem (vinieron por nada más que una semana).

Fuimos a una especie de parador que se llama Jof (Playa) Mineral, que incluía varias cosas. Antes que nada, Alegre anunció que tenía hambre. Inmediatamente me di cuenta que no iba a poder dar ni medio paso ahí adentro si no la alimentaba primero. Por suerte su prima Adina nos dio unos sandwiches, manzanas y una botella de agua. Empezamos con los sandwiches y a los 30 segundos una multitud de pajaritos (gorriones y otros) nos invadieron. Fieles al estilo israelí, estos pajaritos no tuvieron ninguna vergüenza y se acercaron sin cuidar ninguna distancia ni protocolo. Me puse histérica (la naturaleza me gusta, pero con reservas) y empecé a tirar pedacitos de pan para que se ocuparan en algo y me dejaran en paz. Algunos pedacitos jamás llegaron al suelo porque los pajaritos cazaban el pan al vuelo. Esta vez la que se histerizó fue Alegre que me dijo que antes de pensar en los bichos, mejor le daba el pan a ella. Temí por mi integridad física, así que comí rápido medio sandwich y guardé lo que quedaba en el papel film, mientras mi madre espantaba a los pajaritos.
Cuando terminamos de comer y nos cambiamos, nos metimos a unas piletas de aguas termales con azufre (45 grados). Una señora que estaba ahí - Ninette, de más o menos unos 67 años, la escuchó a Alegre y se puso a chapurrear con ella en francés, inglés y un poquito de español. Resulta que la señora vivía en Israel y la hija trabaja para los productos Ahava. Entonces nos asesoró sobre como realizar todos los pasos del spa del Mar Muerto y qué barro ponernos (uno negro casi como alquitrán) y de dónde sacarlo, y nos advirtió que ese mismo barro se vende a 10 dólares el medio kilo. Como toda persona que camina por Israel, no escatimó en gastos para darnos consejos sobre cómo se debe vivir la vida, el matrimonio y otros entuertos. Muy simpática la señora, que si no la ahogaba ahí mismo.
En la foto, Ninette et muá.


Al final de la jornada, en el vestuario también fui testigo de toda una discusión entre las presentes sobre las instalaciones y el servicio y si en otro parador es más caro o más barato. Lo gracioso era que todo el debate transcurría mientras todas nos poníamos las bombachas y corpiños.
Partimos hacia Jerusalem y luego a Tel Aviv.

Esa noche me reencontré con mi amiga Rosalie Sitman, a quien conocí en el avión en el 95 y quien entonces llegaba a Buenos Aires para realizar su tesis sobre Victoria Ocampo. Nada iguala la conexión entre las almas que se renovó en el encuentro, a pesar de que no nos vimos durante largos años. Estoy muy agradecida a mi mamá por este viaje, que, aunque a veces tan difícil, me esta dando tantas satisfacciones.

Hoy tuve un buen día (entre ajetreado, emocionante y tranquilo).
Mañana me encuentro con Sonia y Meyer y su prole. Parece que iremos a la playa.

Besos salados, v.

jueves, junio 29, 2006

Noche de un día glorioso (fechado el 2 de mayo)


Según la tradición judía, los días comienzan con los atardeceres del día anterior. Esta concepción tiene sus raíces en el libro de Génesis, en el relato de la creación del mundo.

Hoy al atardecer comenzó Iom Haatzmaut, el Día de la Independencia. 58 años desde el establecimiento del Estado de Israel. Casi nada.

El parque de Raanana (la ciudad donde me hospedo, comparable a Olivos) se llenó de gente de todas las edades, colores y grado de religiosidad. Fuegos artificiales. Orquesta en vivo y muchos bailando rikudim. Un montón de puestos de comida, con manjares típicos, pero no faltó el de Chorizo y Empanadas - Gusto Argentino. No había venta de alcohol. El intendente, un director de escuela y docente de matemática, camina tranquilamente entre la gente con su hijo. Saluda y es saludado.

En un momento perdimos a Alegre. Todos se preocuparon. Yo no. Sabía que la estaba pasando bomba mezclada en toda esa alegría. (Dicho y hecho).


Mañana vamos al moshav a pasar el día con los Saban. El jueves vamos al Mar Muerto. Finalmente el domingo vamos a Rodas x 5 días - ya reservamos. Seguramente la otra semana vamos a Ierushalaim. Igual, el jueves a la noche meta charla con Rosalie. Me olvidé que el lunes fui al Shuk HaCarmel (Mercado abierto donde todo puede ocurrir - está en Tel Aviv). Me divertí como loca, pero eso merece un capítulo aparte.

Bueno muchachos, nos estamos viendo.

Besos, banderas y chau

martes, junio 27, 2006

Memoria y Balance una semana después o qué buena tarde para fumarse un porrito (fechado el 30 de abril de 2006)


Hola a todos,

Releyendo el mail que mandé efectivamente el 30 de abril a muchos de mis amigos y familiares, me encontré que la mentada Memoria y Balance no era más que un bis de crónicas anteriores, con uno que otro agregado. Todavía estaba sorprendida por Israel. Todavía estaba sorprendida por los precios (no entiendo porqué exactamente, era claro que el 1 a 1 ya no existe y que claramente iba a encontrar precios, digamos, diferentes, por no decir decididamente más abultados).

Así que les ahorraré el tiempo y la molestia de leer 2 veces lo mismo.

La foto la sacamos en Acre. Vi ese grupo de hombres fumando Narguile y no dudé que quería meterme en el medio e inmortalizar el momento.

Les adjunto mis impresiones del 30 de abril sobre los israelíes: Siguen siendo muy graciosos, todo el país parece por momentos una casa llena de adolescentes, donde cualquiera le puede decir al otro lo que se le antoja y de la forma que se le canta. A veces es muy divertido, pero otras molesta bastante porque pueden ser un poco agresivos.

Hasta prontito, v.

jueves, junio 22, 2006

Cambia, todo cambia (fechado el 26 de abril de 2006)

Lo cierto es que fuimos a Acre en tren (una maravilla). La pasamos bárbaro, especialmente en el shuk (mercado árabe). Fue el primer encuentro que tuvimos con los recuerdos de nuestra infancia. Sí; tanto la de mi mamá como de la mía. Los sabores, los olores. El verde intenso del pistacho.

Acre ha cambiado mucho desde que estuve por primera vez hace 11 años. Merced a una nueva Asociación de Fomento para el Desarrollo de Acre, todo ahora es FOR EXPORT y se paga hasta la respiración.
Lo que me molestó en realidad fue esa especie de destrucción de mis recuerdos, de una Acre apacible y tranquila que mostraba sus tesoros a quien los quisiera descubrir.
Gracias al espíritu incansable de Alegre, y su energía de no sé cuántos caballos de fuerza, visitamos lugares a los que yo no había llegado la primera vez, como la famosa Cárcel de Acre (les recomiendo echar una ojeada al link - después me cuentan).

No es el objetivo de estas líneas atiborrar a quien las esté leyendo con datos históricos, sobre todo hay quien los ha registrado mucho mejor de lo que yo podría hacerlo. De todas maneras, la Historia de esta ciudad es absolutamente curiosa. Por eso, los invito a espiar más información aquí.

Lo que me olvidé de contarles es que antes de ayer llovió a cántaros, cosa absolutamente inusual en esta epoca del año. (¿No les dije que me cambiaron todas las figuritas?)

Mañana nos vamos a Safed, una pequeña ciudad muy antigua, donde muchos artistas tienen sus estudios que se encuentran abiertos al público. Safed es un centro de Cábala y meditación y llegan a esta ciudad personas de todas partes del mundo para estudiar.

Hoy tuve un día muy burgués. Fuimos al shopping y me probé todos los vestidos que me gustaron. Y me levanté a las 11 de la matina (Rivotril mediante - Caro, le estoy dando un poco a la automedicación).

Mañana 8.30 tenemos que estar en la parada del ómnibus para comenzar nuestro paseo.
Todo está carísimo (sobre todo el transporte). La ropa, casi no hay diferencia.

Pero estamos dispuestas a pasarlo en grande lo mismo.

Nos estamos viendo, v.

martes, junio 20, 2006

Malka (comentario extemporáneo)

Nunca comenté en mis mails durante el viaje sobre Malka. Un poco porque algunos ya conocen la historia, y no quería escribirla nuevamente para no aburrir, y otro poco porque los que no la conocían tal vez no tenían ganas de leer sobre el tema en mis textitos "express" que daban fe del recorrido que estábamos haciendo.

Pero partir es volver un poco. Y en general los viajes hacia afuera también lo son hacia adentro, así que creo que vale la pena tomar un respiro en la crónica y contar sobre Malka. Porque hay cosas que son importantes registrar por escrito.

Conocí a Malka en Buenos Aires en febrero de 2004. Llegó a Buenos Aires desde Israel con su marido Beni y su hijo Ianiv, quien los acompañaba. Beni venía a transplantarse el hígado, seriamente afectado por causa de los fármacos que le administraron para tratarle una afección en la médula.

Israel es un país que, por motivos religiosos, tiene pocos donantes de órganos. Por esta razón, una ley obliga a los seguros médicos a financiar un transplante en el exterior en el caso de ser necesario. Actualmente existen varias empresas que funcionan como intermediarios entre los seguros médicos israelíes y las instituciones médicas de los países donde se practica el transplante: Estados Unidos, Colombia y (por unos pocos meses) Argentina.

Cuando llegaron Malka y Beni, yo trabajaba para esta empresa intermediaria israelí como traductora hebreo - español y además coordinaba al equipo de traductores que acompañaban a otros pacientes y familiares.
No voy a entrar ahora en la discusión sobre el tema de los transplantes a pacientes extranjeros. Da para largo y no es el objetivo de estas líneas.
Sólo quiero escribir sobre el vínculo que me une a esta mujer y su familia.

Malka y Beni estuvieron en Buenos Aires cerca de 4 meses esperando un transplante que nunca tuvo lugar, ya que a Beni le diagnosticaron leucemia en los exámenes pre quirúrgicos. La situación fue sumamente difícil, como toda vez que la muerte se muestra tan pornográfica y explícitamente.

Beni y Malka volvieron los últimos días de abril a Israel y él falleció al poco tiempo.

Pocas circunstancias unen a los seres humanos como asistir a una persona durante sus últimos días sobre esta tierra. Por supuesto que el tiempo que estuve con Malka y Beni excedió por mucho lo que tenía que ver estrictamente con lo que se supone era mi trabajo. También tuvo mucho que ver cómo eran ellos y la empatía natural que surgió.

Malka y Beni se conocieron muy jóvenes en Israel. Ella tenía 14 años. A los 17 se casó con él.
No fue fácil llegar al casamiento. Malka estaba muy enamorada y Beni era iraní y su familia (la de ella), no estaba muy feliz con la idea de ese casamiento. Entre otras cosas, arguían que él era una "bestia negra" (shwartze jaie) y que le iba a pegar y llenar de hijos. Malka sabía positivamente que él no le pondría jamás una mano encima para lastimarla. En cuanto a los hijos, era justo lo que ella tenía en mente, así que no podía preocuparle menos.
Pocas veces tuve el honor de presenciar un vínculo tan fuerte. No simbiótico. Fuerte. Se notaba el amor. Tan simple como eso.

El tiempo que compartimos juntos en Buenos Aires dio lugar a experiencias varias. El casino ocupaba buena parte de sus días. No eran jugadores compulsivos ni mucho menos. Sólo descubrieron que el juego les permitía evadirse algunas horas de lo asfixiante de la enfermedad. Algunas veces los acompañé. No soy aficionada al juego, con lo que rompí mi propio record de permanencia en el casino flotante. Hasta terminé jugando.
No volví al casino nunca más.

Los israelíes tienen una ocupación nacional y permanente: buscar pareja a los solteros. No fui la excepción. Cierto médico fue interceptado por el radar de Malka y Beni, quienes no escatimaron esfuerzos, aún en la situación penosa en la que se encontraban, hasta averiguar la data necesaria para saber si el galeno en cuestión estaba disponible o no. Todo el episodio fue muy gracioso, sobre todo porque una vez que me senté a tomar un café con él y el tipo me aclaró que estaba saliendo con alguien (cosa que yo desconocía al momento de salir con él) pero que igual estaba dispuesto a salir conmigo, Malka declaró ante mi asombro: si no vive con la "novia", vos seguí conociéndolo, por algo estaba ahí sentado con vos; lo que le valió una medalla de parte de mi grupo de amigas.
For the record, aclaro que jamás llegué con el doctor ni siquiera a primera base, ya que me di cuenta a tiempo que buscábamos cosas muy distintas, pero me encantó el espíritu emprendedor y abierto de Malka.

Malka se transformó en una madre para mí. Puedo hablar con ella de temas que con mi propia madre jamás pude hacerlo.

Cuando se enteró que yo iba a Israel, vino a visitarme el mismo día en que llegué y tuvo atenciones conmigo que yo no esperaba.

Fue muy importante para mí conocer las caras de los nombres que había escuchado durante tanto tiempo.

Fue fundamental visitar la tumba de Beni.

Fue bueno re conocer a Malka en su propio habitat, en circunstancias de tanta felicidad como preparar el casamiento de su hija menor.

La foto fue sacada en la calle Najalat Biniyamin, donde se encuentran las grandes sederías en Tel Aviv (una especie de calle Alsina). Malka fue a comprar la tela para el vestido que iba a usar en el casamiento de su hija. En la foto aparecen también Rajel y Ester, dos amigas de Malka que tuvieron una participación especial en la compra de la tela. Pero esa es historia aparte.

Nos estamos viendo.

jueves, junio 15, 2006

Shalom desde Medio Oriente (fechado 24 de abril de 2006)



Bueno, qué decirles.
Tuvimos un viaje terrorífico. 22 horas. Dos horas de retraso en Buenos Aires. Casi 100 kilos de equipaje y los gallegos de Air Madrid que no ayudaron ni mierda. En Madrid tuvimos que hacer el trasbordo de las valijas, y el "gentilhombre" que procesó nuestro check in hacia Tel Aviv nos informó que debíamos pagar exceso de equipaje. Pobre, no sabía en qué se metía cuando profirió semejantes palabras. Alegre, mi madre (aclaro para los que no saben que mi madre se llama Alegre), se puso a llorar. No a gimotear. A llorar literalmente. Yo me manejo mejor desde el "back office", y por otro lado sé fehacientemente que esas lágrimas no fingidas suelen tener el efecto deseado. Me limité a explicarle al señor del check in que salimos con ese equipaje desde Buenos Aires con Air Madrid, por lo que no veía el problema de despachar exactamente la misma cantidad de bultos tratándose de la misma compañía. El gallego no se inmutó y nos informó que él ni siquiera pertenecía a Air Madrid y que no podía hacer nada. Mi mamá lloró más fuerte, pero entre lágrima y lágrima tuvo una idea salvadora: despachar menos bultos. Ahí empezamos "la gran boliviana", abriendo candados y valijas y traspasando nuestros petates de valija a bolso y de bolso a valija. Hete aquí que un bolso no tenía candado, sino un precinto amarillo que Air Madrid había colocado. Imposible sacarlo con la mano. Pedimos ayuda al Sr. Check in. Nada. No sabe no contesta. Por suerte me acordé que en mi necessair tenía un alicate. Otra mochila se abrió y saqué el bendito alicate que pudo abrir el precinto amarillo para terminar de traspasar libros, alfajores y otros menesteres. Misión cumplida. Respiramos.

Ustedes se preguntarán cómo hicimos para juntar 100 kilos. Les explico. Mi valija salió de Buenos Aires con un modesto peso de menos de 30 kilos (lo permitido eran 32), pero mi mamá tuvo el buen gesto de aceptar de un primo de un amigo un bultito como de 5 kilos (crema de afeitar, shampoo y otras cosas que no existen en Israel), monedas para un coleccionista, alfajores a granel y quién sabe qué más. Cabe aclarar que en la mano llevábamos vinos y otras cosas no aconsejables de meter una valija.

El encuentro con la familia, un espectáculo. A mis tíos hacía poco que no los veía, pero a cuatro de mis cinco primos hacía diez años; desde que se fueron a Israel. Diez años es mucho tiempo. Los trillizos Florencia, Luciano y Naomi tenían menos de tres años. Malena tenía nueve. Dany tenía doce, pero él vino a Buenos Aires dos veces, por lo que el shock no fue tan grande.
Flopy se parece a mí.

Estoy en una zona del país en la que nunca estuve. Mis tíos, los Romano, viven en Raanana, una pequeña ciudad cerca de Tel Aviv, llena de floridos boulevares y con un parque increíble. Todo es nuevo y a la vez conocido. Es una suerte de vuelta a casa. La semana que viene es el Día de la Independencia y aquí se festeja a lo grande. Veré a una rama de la familia gigantesca y estará Rebequita, la prima de mi abuelo que es la única persona que habla ladino (español antiguo) que conozco.

Con Alegre iremos a Grecia. Hay unos paquetes de último minuto que te la voglio dire.
Mañana vamos a Acre, donde no pudo desembarcar Napoleón y los cruzados dejaron su huella camino a Jerusalem.

Les mando un beso grande, v.

viernes, junio 09, 2006

He vuelto

Hace una semana y algunas horas he vuelto de viaje. Después de 11 años, volví a Israel por 40 días aproximadamente, menos como 5 donde Rodas (Grecia) nos vio rodar a mi madre y a la que suscribe.

Hace una semana y algunas horas volví a Buenos Aires. A mi casa. A mi ducha. A mi teléfono. A mi cama. A mi rincón en el mundo.

Encontré que algunas cosas cambiaron. Dos cafés aledaños a mi casa cerraron sus puertas. Wainraich Sebastián no suena más en la radio, dejando huérfanas a mis mañanas. Ni una notita en un post it dejó.

Otras cosas, como los afectos, permanecen inalterables. A Dios gracias. Que vivan los reencuentros y olé.

En las próximas publicaciones copiaré los mails que escribí "in itinere", en versiones tal vez modificadas y corregidas.

Quiero agradecer públicamente a "La Turca", bloggera inclaudicable que, al notar mi prolongada ausencia, me envió un mensajilio para preguntarme si andaba todo bien por casa.

Besos, abrazos y chau con la manito, v.

viernes, marzo 10, 2006

Edipo Rey (dedicado a Meyer y sus reclamos)


Durante el año pasado conocí como a un millón de hombres a través de internet. Citas a ciegas, pero con autogestión. No se ajustaban ni remotamente al patrón típico de la presentación a través de un tercero que conoce a dos personas que pueden gustarse y hace el "gancho".

No puedo (ni me gusta) generalizar, sin embargo existieron ciertas situaciones o preguntas que se repitieron más de una vez. Más de dos. Más de tres.

Concretamente me preguntaban sobre mi pasado sentimental, a lo que yo respondía la verdad: Me enamoré dos veces de dos hombres que eran reyes.
¿Reyes, cómo? preguntaban. Reyes en la nobleza de su alma, decía yo.

Creo que fui bendecida en esta vida. Algo tuve que haber hecho muy bien en la anterior para merecer tamaña felicidad. (Eso no se los decía).

Conocí hombres de todos los colores, y no puedo decir que haya tenido experiencias especialmente traumáticas, así que no voy a meter a todos en la misma bolsa. Hubo algunos que me llamaron más la atención, por sus valores o por la falta de ellos. Algunos hombres mostraron ser héroes de barro, o para decirlo en criollo blandieron su vacío escroto cuando la situación merecía claramente otra cosa.

Hace no mucho conocí a un hombre que vestía pantalones de tiro alto. Lo conocí en una salida donde había más personas. A la vuelta una de las chicas dijo: un hombre que usa pantalones de tiro alto queda automáticamente descalificado.
Personalmente odio los pantalones de tiro alto en un hombre. Sin embargo un pantalón de tiro alto no descalifica a un hombre ante mis ojos. Hace falta mucho más que eso para que le baje el pulgar a un tipo.

Pero quiero rescatar la figura del "pantalón de tiro alto", porque sí creo que funciona (lamentablemente) para mí en otros órdenes. Así que no puedo hacerme la viva.
El pantalón de tiro alto es aquello que no nos gusta del otro, eso que salta a la vista groseramente y que colabora intensamente para decir NO - NI EN PEDO y que pase el que sigue. Me quedé pensando mucho en el bendito pantalón de tiro alto, porque es algo que con el tiempo puede cambiar, o no, pero que, y rememorando mis experiencias anteriores, no incide en si el tipo pueda poner lo que haga falta cuando la situación lo amerite.

En otras palabras, ¿qué es lo importante para mí cuando miro a un hombre? ¿Cuáles son las características que son para mí "el pantalón de tiro alto"?

Hace poco me encontré con Haia, una señora maravillosa que fue pareja de mi papá después de que mis padres se divorciaron. Tuvo conmigo un gesto muy noble, cuyos detalles no voy a contar ahora. El punto es que en charla campechana entre mujeres, le comenté sobre algo que no me gustó de un hombre que había conocido recientemente. Ella me dijo: Pero Valeria, eso lo hacen todos los hombres. Hice una pausa y le dije: Mi papá, no. Y ella me contestó (sin pausa): Es verdad. Tu papá, no. Pero tu papá es un rey.

Y sí. Después de todo, Edipo también era un rey.

Chau con la mano, v.

jueves, febrero 23, 2006

De vuelta a los pagos


Ayer volví de mis vacaciones.
Debo decir que este viaje ha constituído una de las experiencias más importantes de los últimos tiempos. No pasó nada aparentemente extraordinario, pero para mí cruzar el charco hacia territorios charrúas fue también cruzar un charco interno y llegar a tierras de reflexión y descanso a una escala que no imaginé antes de salir de Buenos Aires.
Recuperé mi sueño prolongado y tranquilo. Pude pensar el torbellino de cosas que fue el 2005 y ordenarlas (parece paradójico escribir esto ahora mientras mi casa adolece de desorden agudo post vacacional). Me miro al espejo y veo a una mujer feliz. Y me alegro de ser yo. Tengo más fuerzas para este año nuevo. Y se me ordenaron también los tejos de la azotea, en relación al laburo y otras cuestiones no menores del alma.

Y todo en diez días de sol radiante, atardeceres pintados a mano a minutos de las nueve de la noche en Solanas, amiga a prueba de todo (gracias, Caro), hacer NADA por momentos, empezar a leer The kite runner, comer en Patxi y escuchar las anécdotas de la colimba del flaco. Quedar verde de tanto mate, comer cada tarde galletitas Bridge sin piedad ni contemplaciones, recalar en Kin Sao (shalom, paisanos) y arremeterle a la Rogel sin decir agua va. Aprender y practicar el uruguayo, vó (Carola, campeona). Visitar José Ignacio (re top, gorda) y comer el obligado omelette de algas. Ir al cine. Tomar cortados en vaso. Ir al Ciclista. Ver a tooooooooooooooodos mis primos posibles (familia numerosa, vio?). Comprar alguito en Manos del Uruguay. Llamar a Buenos Aires de cuando en vez. Hacer cola en Buquebus (no los queremos - abajo el monopolio). Hacer un touch and go por la Feria Atesanal. Comer unos melones de novela (de novela, les juro). Ir al Conrad por primera vez y salir rajando. Ra-jan-do. Según Carola, paisaje maiamense con transeúntes indómitas importados vaya a saber de dónde, porque no tenían nada que ver con la geografía general (me pareció una descripción genial). Recordar la infancia. Los Pernigotti que fueron y los helados Smack que ya no existen y los Conaprole que ya no son lo mismo.
Casapueblo que nos llama y no vamos, pero que alguna vez hemos ido. Dante en Gorlero y acordarme de mi tía Amelia comprando los regalos para traer a Buenos Aires. La Fragata, cerrado (una pena). No fuimos a Il Greco. Churros Manolo también pasaron de nosotros. Los sandwiches Napolitanos sin jamón para Carolina. Escuchar inglés y portugués por doquier.

Y la vida bella, desplegándose en las pequeñas grandes cosas.

besitos, v.

martes, febrero 07, 2006

Reventada.com


No.
No se hagan ilusiones.
Este blog no va a transformarse en pornografía barata.
Ni siquiera en pornografía cara.
Ni siquiera en pornografía.

Estoy reventada. Que no es lo mismo que estar de reviente. Ayer nomás descubrí que mi estado de agotamiento físico y mental no soporta demoras para las vacaciones. Que casi tres años sin descanso lejos del mundanal ruido es como mucho.
Así que me dejaré arrastrar por mi amiga Carolina a Punta del Este. Diez días corridos desde el próximo dimonge. Cargaré con el termo y el mate. Ante la mirada de horror de Carolina (en realidad silencio de horror, porque la comunicación fue vía telefónica) también llevaré otros enseres, que a saber son carísimos en la Punta y que la tradición familiar me indica que no debo dejar de comprar en Baires, como aceite (botellita pequeña), yerba (obvio) fideos (un paquete) y algunas latas (odio el atún, pero alguna lata de tomate puede ser). El inventario también contará con té y café instantáneo. Ya me informé: la carne no es cara, la leche es lo más barato de todo, no así la verdura y la fruta. También se puede comer barato en Maldonado, en lo que eran los carritos de chivitos. Ya me explicaron cómo llegar (gracias, Giselle).

Pero alguna noche iremos a Paxi, qué joder.

Me esperan horas de caminata por la playa y por el bosque, horas de lectura, horas de desenchufe. Horas de charlas entrañables con mis amigas con mayúscula.

Todavía no puedo creerlo. Estoy tan feliz con la decisión que me cuesta creerlo.

Les contaré más a la vuelta.

Besos en la frente, v.

martes, enero 31, 2006

Me tomo 5 minutos - me tomo un post

Los nativos de Buenos Aires, recordarán la propaganda (o "el comercial" como dicen los entendidos) de Té Taragüí. En el medio de una situación caótica o estresante, alguien desenvainaba un saquito de té cual héroe medieval y profería la mentada y ya famosa frase "Me tomo cinco minutos - me tomo un té", a manera de estrategia infalible para volver a la calma.

Ahora estoy en una situación parecida, entre mi site InsideBA, las cotizaciones, los brasileños, los americanos, el actual amigo americano Eric y la reserva al restaurant La Estancia de calle Lavalle, las reuniones para mañana en el centro (agobio), los pasajes a Israel para mayo, los relatos de Fernández de la revista La Nación, mi padre, mis hermanos, mi madre - obvio - y los etc. de costumbre que nunca faltan.

La cuestión es que me quiero tomar unos minutos refrescantes, cortar unos minutos la rutina e internarme en el maravishoso mundo de mi propio blog. (Estoy segura de que mi amigo Julio diría "Ah...una joda bárbara!..."). En fin. El porque no tiene un blog.

Quiero contarles lo que me ocurrió el pasado viernes a partir de las 7 de la tarde aproximadamente. El sol comenzaba a caer sobre la ciudad y yo estaba tomando un té en la casa de los padres de mi amiga Gabriela. Gabriela está enferma y por sugerencia de su tía Coca (una traumatóloga residente en el Chaco y reina de los Carnavales) nos aprontábamos a ir a consultar a un sanador que vive en Mercedes, Provincia de Buenos Aires, a más de 1ookm de Capital. Aclaro que ni Gabriela en particular, ni su familia en general son creyentes. Judíos, sí. Creyentes, de ninguna manera.
Así las cosas, las integrantes de la travesía éramos: la mamá de Gabriela (Ester alias Gorda con yeso en el brazo, resultado de una reciente fractura de muñeca), Gabriela (obvio), y sho.

Ya teníamos "turno" gracias a la gestión de la mamá de Gaby con una tal Victoria. Llegó el remis a buscarnos (sin aire acondicionado - una calamidad) y las 3 gordas bajamos con una botella de 2 litros de agua mineral fría, 2 vasos de plástico y con la firme intención de completar nuestras vituallas con sandwiches de miga de la Confitería "La Argentina", cosa que hicimos (muy recomendables por cierto, Cabildo esquina Céspedes - baratos no son, pero valen la pena). El sol nos acompañó casi hasta pasadas las 8, y el viaje estuvo amenizado por los recuerdos de juventud de Ester alias Gorda de sus tiernos días sionistas en Gowland, cerca de Zumerland, bastión de los Comunistas. (Parece un chiste con rima y todo, pero juro que no lo es). La botella de agua fue una aliada fundamental, aunque hasta ese momento todavía no habíamos tocado los sandwichitos.

Ya estábamos llegando a lo del sanador José, cuando todavía en la ruta el chofer nos anuncia que se quedó sin gas y que tampoco tenía nafta. Genial, dije yo. El chofer bajó primero para ver si podía hacer arrancar el auto, luego para ver cómo podía hacer para que lleguemos a lo de José, luego para buscar nafta para hacer arrancar el auto y finalmente para ir a buscar una estación de gas para cargar el ídem.

En ese momento sho dije: me agarró la angustia oral. Y las 3 nos avalanzamos sobre los sandwiches de La Argentina. Gabriela entre mordisco y mordisco anunció que el chofer había sido un boludo por haber dejado que todo esto sucediera y que ni mierda le iba a dar un sandwich. Cuando consideramos que la angustia oral había amainado, y el chofer estaba en la rotonda, a 100 metros de distancia o quién sabía dónde, se nos ocurrió que podríamos hacer dedo. Ya estaba oscuro. Los autos pasaban a mil por hora y los camiones ni les cuento. Como nadie paraba con el dedo tradicional, nos pareció buena idea ponerla a Ester alias Gorda adelante con el brazo enyesado en alto a manera de "Salve Argentina, Bandera azul y blanca" a ver si alguien se apiadaba. Nada. Argentina Solidaria, señores. Copados los vecinos de Mercedes.

A esa altura, lo único que le faltaba a la escena para ser parte de una película de Almodóvar era el tapizado de leopardo y algunos tiros. Por lo demás, estábamos completos.

Finalmente el chofer del remis volvió con otro auto, que nos llevó a lo de José y lo llevó a él a arreglar el tema del combustible para la vuelta. Por supuesto que cuando bajamos y entramos a una especie de sala de espera gigante con bufet incluído, Gabriela anunció que no iba a entrar (qué esperaban?). Se quedó en el patio y no quiso entrar ni al baño, prefiriendo pishar en el medio de los yuyos. Finalmente la angustia cedió y decidió entrar. Yo entré con ella. En la antesala del "consultorio" había imágenes de Jesús y de algunos santos y Vírgenes. Le dije a Gaby, vos no querías hablar con nadie que tuviera que ver con lo religioso, y mirá: lleno de religión por todos lados... ¿Por qué no vas a ver a un rabino y te dejás de joder? A lo que Ester con el humor ácido que la caracteriza respondió: ¿El rabino es más cerca?

Creo que sólo por esa frase me valió la pena la odisea.

Nos estamos viendo.