martes, octubre 31, 2006

Volver y Little Miss Sunshine o Gracias a la vida

Ir a ver buen cine siempre significó para mí una fiesta. Si lo hago en buena compañía, ni hablar.
Creo que el séptimo arte ocupa un lugar preferencial en lo que a la belleza de este mundo respecta.

Las últimas dos veces que fui al cine, dejaron en mí el dulce sabor de las cosas bellas y buenas.
El señor Almodóvar hizo maravillas con Volver, y podría decir que volvería a ver esa película sin temor a que la frente se marchite.
"Volver" disparó una multiplicidad de sentidos, que me dejaron pensando mucho tiempo después de haber dejado la sala.
Volver a revisar el pasado. Volver para pedir disculpas y ser perdonado. El pasado, que a veces vuelve y nos devora y otras sólo regresa para suturar tristezas malhabidas.
¿Es tan malo mirar hacia atrás? Sólo si uno se queda para siempre atado a su piedra.
Volver. Porque no todo tiempo pasado fue mejor.

Little Miss Sunshine: suicidio, drogas, divorcio, bancarrota y mudez por opción. Un panorama prometedor.
¿Es posible seguir adelante frente a todas las dificultades, las previstas y las del todo inesperadas? Esta película no solamente se atreve a afirmarlo, sino lo hace de una manera sobria, inteligente y conmovedora.
Una bofetada en plena cara al American Dream.

Y yo, qué? Hago de mi vida un arte? Soy capaz de seguir pese a todo? Puedo ver a mi pasado de frente?
No lo sé, realmente. Lo que sí sé es que hoy, mi vida, salvo una situación que me tiene realmente muy triste, tiene una armonía inusual, y me gusta.
Tengo problemas, cuándo no?, pero soy feliz. Soy feliz con lo que soy, con lo que tengo, con lo que siento. Y no pienso quejarme ya por lo que no soy, lo que no conseguí, y lo que no he sentido.

Prefiero armar un nuevo rompecabezas con las piezas que me tocaron y con las que me supe conseguir.

A propósito de la buena compañía cinéfila y agradecer a la vida: el ahora integrante del elenco estable, Ruby, compañero de mis andanzas, de mis días y de mis sueños y Carolín Banderín, amiga, dulce, sensible y elogiosa. (Y Speedy Gonzalez a la hora de pagar la cuenta).

Dulces sueños.

lunes, octubre 30, 2006

Requiem para un Kosako

Aprovechando que el clima era propicio, menos de veinte grados con amenaza de lluvia, el sábado decidimos resarcirnos y enfilar hacia el restaurante El Kosako de la calle Junín.

Sin chequear la dirección exacta, pero con más disponibilidad de tiempo y paciencia, enfilamos hacia aquel lugar que alguna noche de lluvia nos albergó, junto a Débora, ese ángel que providencialmente la vida me envió para que mis temores encontraran un diluyente potente y efectivo. Esa noche me maravilló la ambientación del lugar, que inevitablemente me trasladó a una Europa de sabores y colores que jamás conocí y quién sabe si sigue existiendo o se la llevó el diluvio universal de las guerras.

En fin, llegamos al lugar sólo para comprobar que el diluvio también pasó por allí, borrando toda huella del Kosako, para dar paso a un restaurante francés (?) que todavía tiene la K de metal en el frente de su puerta.

Enjugando un lagrimón cambiamos abruptamente el ángulo gastronómico y terminamos en Cantón, Córdoba y Estado de Israel.

Besos con palitos, v.

jueves, octubre 26, 2006

Castells en la Avenida Alvear: Tortas Fritas con Champagne

Resulta que a la mañana estamos escuchando Radio Mitre. Final del programa de Magdalena y todo Lalo hasta la una y después el trío Halperín Barragán Maciel. A Zlotowiazda haciéndose el lindo que lo aguante su abuela. A las 5 me paso a la Negra Vernacci.

Resulta que el lunes 23 próximo pasado, a lo largo del Rally radial de referencia, escuché que en la elegante Avenida Alvear se iba a inaugurar la 4ta. edición del Alvear Fashion and Arts, evento que promociona lo más exquisito en moda y arte, en el lugar más exquisito de Buenos Aires. Alfombra roja de punta a punta, música en vivo, colectivos antiguos y champagne para los asistentes. Hasta aquí todo muy lindo pero nada especialmente peculiar. Pero he aquí que de pronto en la Radio irrumpe la voz de Castells anunciando que él también va a desembarcar en la Avenida Alvear. No lo iba a hacer con Fashion ni con Arts, sino con choripanes, torta frita, mate cocido y olla popular.

Así las cosas, le propuse a mi Jefe de Redacción, Ruby alias Yumein, ir a cubrir el tole tole monumental. Porque que iba a haber rosca, iba a haber rosca.
Así que partimos pues a las siete y media de la tarde rumbo a la Recoleta. Detalle: fuimos en auto. Otro detalle: el lunes las temperaturas, 35,9° rompieron el record histórico para la época.

Intersección de Libertador y Alvear: cerrada. Bolonqui de tránsito que ni te digo. Ruby empezó a resoplar ante el ritmo camélico que adquirió la caravana de automóviles. Nos abrimos paso a los codazos hacia Ayacucho, que también estaba cerrada, pero al explicarle al "cana cuidador" que nos dirigíamos "al evento", nos dio paso. Ritmo camélico de automóviles, sin solución de continuidad. Resoplidos de Ruby, en franco ascenso. Sumó bocinazos. Luego me empezó a preguntar si yo sabía de qué se trataba el evento. (Salió a la luz el "Kéibron Ruby". Hay que bancárselo, pero a mí no me importa porque en realidad me encanta que mi novio sea un cabrón - con acento en la "C". Los hombres "babita de caracol" no me van ni un minuto). Le dije, ningún problema, volvemos a casa y listo. No!, me contestó dando otro bocinazo, ya estamos acá. Finalmente conseguimos cruzar Alvear. Cuando ya nos estábamos olvidando de encontrar un lugar para estacionar, encontramos uno con tarjeta, en Azcuénaga y Vicente López. Un tachero nos avivó y nos dijo dónde sacar el ticket, para evitar que la grúa nos levantara el auto.
Dura la vida del reportero.
(A esta altura Ruby ya se había calmado).

Caminamos hasta el Hotel Alvear. Y allí, en medio de música en vivo, alfombra roja, turistas bailando desbocados, y la gente más chic de Buenos Aires, estaba Castells, su gente y un millón de policías. Cámara digital en mano, nos zambullimos en la multitud hasta llegar a Castells. Que no pudo armar su olla popular ni repartir tortas fritas, pero sí pudo transmitir su mensaje. Castells consideró a la exhibición "un acto de ostentación y burla contra el hambre del pueblo". Y arremetió, "la oligarquía de esta zona nos ha impedido pasar a un lugar que han tapizado con 3.000 metros cuadrados de alfombra roja, y nos han confiscado las tortas fritas y murales con fotos de niños de nuestros comedores". Pero trató siempre de incluir en el reclamo a los asistentes, poniendo el tema de la seguridad como eje de su discurso, plataforma utilizada en los últimos tiempos por Castells a partir de su convergencia con Juan Carlos Blumberg. (Y sí, cada uno trata de llevar agua para su molino).
"Queremos una Argentina más equitativa, igualitaria, y queremos la alfombra roja y el champán para todos", afirmó el líder piquetero, mientras caminaba al frente de una columna que avanzaba por la Avenida Alvear.

La nota de color la dieron algunas mujeres muy, pero muy pitucas que lo saludaban a su paso con la“V” peronista (?). Una desubicación fruto del más indolente de los desconocimientos, ya que no solamente que el líder piquetero nunca se manifestó cercano al partido fundado por el General, sino que sostiene posiciones, en todo caso, mucho más ligadas al socialismo.

Otras damas, más proactivas, decidieron pasar directamente al frente y participar. Pidieron banderas del movimiento de Castells y las pasearon orondamente por la calle.

Nosotros, después de sacar fotos a morir, tratar infructuosamente de recuperar un celular que a a alguien se le había caído pero que me arrebató un gordo con intenciones del más liso y llano "afano", resoplamos y nos fuimos a una joyería de Alvear a tomarnos un Chandon.
Además de ver a las mujeres vestidas como si estuviesen en el Festival de Cannes, había otras divas del espectáculo y/o pasarela, que supieron ver noches mejores: Mora Furtado, Pata "cuidado que te afano" Villanueva, la Bredicce con amiga pero sin su hijo Indio; miles de pacientes o ex pacientes del Dr. Ravenna. Obvio que no lo estaban representando, sólo estaban allí por su ligazón con el diseño, la decoración, la organización, o el champagne (quién sabe).

Una vez que dimos la cobertura periodística (anque involuntariamente cholula) por terminada, decidimos que teníamos hambre.

Ruby propuso un restaurante de comida polaca (que a la sazón ofrece comida exquisita, pero más adecuada a lugares donde la temperatura tiene valores bajo cero). No quise discutir. Gracias al cielo nuestro desconocimiento geográfico de la zona y mi cansancio de estacionar y des - estacionar el auto un millón y medio de veces, nos llevó a un restaurante de pasta sobre Vicente López.

Fin del relato.

PD: hay una foto lindísima de Ruby y la que suscribe, pero que no me la deja poner porque dice que salió feo. Yo no estoy de acuerdo, pero ni modo.

martes, octubre 17, 2006

Iom Kipur - leer con música del Padrino de fondo

Siempre supe que mi familia era peculiar.
Hay familias que se parecen a la retratada en la película Avalon. La mía más bien es un identikit de Mi gran casamiento griego: un millón y medio de ruidosas personas emparentadas por un culto a la comida bastante loable.
Hace algunas semanas festejamos Rosh Hashaná, el Año Nuevo Judío. Diez días después, Iom Kipur, el Día del Perdón.
El Día del Perdón es una fecha de constricción y meditación, motivo por el cual se ayuna. Las familias suelen reunirse tanto para la comida anterior al comienzo del ayuno, como para la primera comida después del mismo.
Unos días antes mi madre, Alegre, cada vez que hablaba con Ruby por teléfono, le decía que quería hacerle "unas preguntas" (serias). El le preguntaba si continuaría el interrogatorio comenzado la noche que lo conoció en la Parolaccia y ella le decía que sí. Yo escuchaba tales conversaciones entre divertida y con ganas de callar a mi madre.
La noche que terminó Iom Kipur fuimos a romper el ayuno a la casa de mi mamá. Eramos pocos: el nono Daniel que con 93 años se le ocurrió que ayunar era una buena idea, mi progenitora, mi señor novio y la que suscribe.
Ya no recuerdo a qué altura de la cena a mi mamá se le ocurrió hacer su "interrogatorio": le preguntó a Ruby desde cuándo estaba enamorado de mí, si podía mantenerme (?), porqué estábamos viviendo en mi casa y no en la suya, también me preguntó a mí si yo estaba enamorada de él. La cuestión es que en un momento dijo que cuando ella conoció a Ruby le gustó de inmediato y que estaba muy contenta, pero que después empezó a tener ganas de matarlo, y que se dio cuenta que algo andaba mal, entonces empezó a hablarse, "porque yo me hablo", nos explicó Alegre, y me di cuenta de que estaba celosa, siguió poniéndose a llorar, porque mi hija es una excelente persona, talentosa, y muy bonita (seguía llorando), UNA JOYA; y si la hacés sufrir TE CORTO LAS BEDAT! (las bedat en árabe quiere decir "pelotas", como buenos judíos sefaradíes manejamos las palabras claves en esa lengua). Explicale qué quiere decir bedat, me pidió mi mamá llorando. Ruby es ashkenazí pero habla muy bien árabe, así que no hizo falta que le explique nada.
El nono sirvió de testigo silente. O más bien sordente, porque no escucha niente.
Sólo faltaba que mi progenitora agregue "y va a parecer un accidente".

En realidad todo el episodio me conmovió profundamente. Mi madre que no quiere que su hija sufra y que se expone de tal manera. Por Ruby, ni me preocupo. Le dije a mi mamá que se quede tranquila porque yo confío plenamente en el hombre que elegí.

Los mantendré al tanto.

Cordiales saludos.

PD: Ruby anda contando risueñamente a todo el universo que Alegre amenazó con caparlo. Ella está trantando desesperadamente de callarlo. Hasta ahora, sin éxito.