miércoles, noviembre 30, 2005

La sartén por el mango y los huevos en la sartén


Los que ejercemos el libre albedrío en nuestra vida diaria nos encontramos, efectivamente, con su costado maldito cada vez que tenemos que tomar una decisión difícil. Pero hasta la más cotidiana de las decisiones lleva apararejada otros bemoles. Cuando elegimos el rojo en contraposición al azul, no solamente estamos renunciando al azul y tal vez enjugando una lagrimita, sino que nos enfrentamos a la pregunta de que si el rojo que elegimos será suficientemente rojo, o tan rojo como lo percibimos en ese momento y si perdurará por los siglos de los siglos, amén, a pesar de los reiterados lavados con el jabón en polvo recomendado en la etiqueta (sic). En pocas palabras, debemos enfrentarnos a la cruda realidad. Nos preguntamos si ya que tuvimos a bien decidirnos por algo y renunciar a otra cosa a su vez, la realidad se avendrá, al fin, a obedecer nuestros deseos.

Antes de perdernos en los laberintos de Paul Watzlawick preguntándose si Es Real la Realidad, y a riesgo de que Marshall McLuhan nos explique sus postulaciones en la cola de un cine, como lo hizo con Woddie Allen en la película Annie Hall, quiero hacer un alto y preguntarme y preguntarles: ¿les parece bonito que tras cartón de ser malditos con el libre albedrío tenemos que lidiar con la desobediencia por default de la realidad? Tipa jodida resultó la Vida. Qué la parió. Quela-re-parió.

La realidad, rebelde con causa o sin ella, goza de una adolescencia perenne. Lleva tatuado el lema "La desobediencia al poder" y lo hace sentir cada vez que le damos oportunidad cuando nos perdemos en el pandemonium de los deseos infantiles, al tiempo que nuestra edad cronológica claramente grita lo contrario.

Pero la batalla no es contra la realidad, señores. En todo caso es "contra" nosotros mismos, librada con mayor o menor éxito. Porque la batalla para que la realidad nos obedezca, está perdida desde el vamos.

Buenos Días.

martes, noviembre 29, 2005

Pasando Revista


¿Ya dije que hace calor, no?
Lo que no dije fue que el fumigador jamás llegó. Dijo que el que quería que fumigase su depto., tenía que pagar aparte (parece que este señor, o mejor dicho el que lo contrató, nunca se enteró de que pagamos expensas). Un horror.

Otro horror, es que estos días de calor agobiante y sus consecuentes cambio de temperatura calor - frío provenientes del exterior y el aire acondicionado respectivamente, me dejaron de cama con 38º de fiebre, de los cuales recién hoy me estoy recuperando gracias a Dios.

¿Y los cortes de luz? Bien, gracias (hoy ya tuve que subir y bajar 7 pisos por escalera 3 veces).
¿Y la huelga de Aerolíneas? Hay que ser jodidos para cortar la Ricchieri. Los viajeros, locales y foráneos, a las puteadas, como corresponde. El trabajo se atrasa. Todos están enloqueciendo y con razón.

Si no hago catársis en mi propio blog, en dónde?

Hasta luego.

jueves, noviembre 24, 2005

Hay derecho?

¿ Existe algo más aburrido, cansador, mala onda, y todos los adjetivos ad hoc que quieran agregar que un consorcio, su respectiva administración y adshacencias?

Hay algo más enloquecedor que quedarse en el hogar esperando que shegue el fumigador para exterminar las putas (hijas de puta) cucarachas que aparecen con el calorrrrrrrrrrrrrrr?

Encima, a algún idiota se le ocurrió que no le gustaba la administración anterior, e hizo la gran Kirchner - Borocotó inversa (inversa porque lamentablemente le salió bien), y la administración cambió y las expensas subieron y ahora el fumigador no viene a horario y solicita vaciar las alacenas (ni loca, ní - loca, ni que me pongan guita encima).
El fumigador anterior tenía un sistema mejor y no solicitaba vaciar las alacenas. Seguro están todos entongados: el vecino traidor, la nueva administración, el calor, las cucarachas hijas de puta y las alacenas.

Y al que me diga gorda, mudate a una casa que no tiene expensas, ni administración - que se abstenga de hacer comentarios, por el bien de su integridad física.

Y al que me diga cómo en la publicación anterior todo era maravishoso y ahora todo es una porquería, le digo sí, soy ciclotímica, cuál es tu problema?

Chau

N. de la T.: esta es una broma no escrita por Flaubert.

martes, noviembre 22, 2005

Cuando la vida es bella, es bella de verdad

A riesgo de abusar de la tautología para explicar lo que difícilmente pueda explicarse con palabras, quiero expresar la felicidad inmensa que me provocan los sueños cumplidos y la tarea bien hecha.

Hace más de un año tuve un sueño (esta vez, despierta), de esos que en vez de al analista, uno se los cuenta al contador y a los expertos.

Tuve respuestas de casi todo tipo y pelaje. La mayoría positivas, algunas sustentablemente negativas. Después de un año largo, raro y muy difícil, con altibajos (muchos bajos y muy poquitos altos); las cosas comienzan a tomar un color bello, maduro, cristalino.

La realidad palpable, tangible, sustentable me dice que valió la pena el esfuerzo, las angustias, las noches en vela, la incertidumbre.

La vida me anuncia que el soñar vale su lucha.

Dulces sueños.

Hace Calor

Chocolate por la noticia.
¿Quién en Buenos Aires puede ignorarlo?
Las plazas se llenan de mujeres cuasi en bolas y por las calles circulan mujeres un poco más vestidas que cuasi en bolas.


No es la histeria, señores. Es el maldito calor.
El nivel hormonal está en franco ascenso y cualquier centímetro cuadrado de piel al descubierto inspira desde un piropo original hasta las barbaridades más groseras gritadas a los cuatro vientos.

Las pupilas cargadas de sexo y las palabras que pueden acompañarlas forman parte obligada del paisaje de verano de la ciudad. Un verano que empieza antes y termina después de lo que indica formalmente el calendario.

¿Qué pasará por las noches en las camas porteñas? ¿Serán escenario de encuentros? De desencuentros? De soledades?

domingo, noviembre 20, 2005

Procesos

Procesar, tramitar son conceptos que se transforman en el pan de cada día de cualquier estudiante de Psicología del montón desde el primer cuatrimestre de cursada. No fui la excepción. Mis tiempos de estudiante acabaron ya, pero mantengo dignamente la herencia de conocimientos que me supe conseguir.

Freud postula que el psiquismo posee mecanismos para elaborar las experiencias traumáticas que nos ocurren, entre ellos la palabra y los sueños.

Confieso que he soñado.
Mi psiquismo está trantando de decirme algo, o simplemente se afana por purgar vestigios de experiencias poco gratas. En las últimas dos noches he escapado de una violación que nada tenía de glamorosa, he maldecido en su cara a un hijo de mil puta que me cagó y he escuchado cómo el primer hombre del que me enamoré le hablaba a una mujer con la cual partiría.
Las dos mañanas que siguieron a esas noches fueron difíciles. Sobre todo cuando recordé la violación fallida y el amor trunco. Nunca sufrí intento de violación alguno y el hombre que amé partió para siempre hace cerca de diez años. (Lo del cagador es más literal y más reciente, y es por eso que no tiene gracia - una tramitación psíquica standard del tipo "express"). Los otras dos escenas son más intrigantes, más sugestivas. Bizarras.

Me pregunto cuál será su mensaje oculto.
En caso de emergencia, deberé romper la botella que los contiene?

sábado, noviembre 19, 2005

Nuevos Descubrimientos

Ayer vi un capítulo viejo de Sex and the City que jamás había visto. Ese es ya un acontecimiento extraño, ya que la serie ocupa un lugar importante en mi vida bajo el item "Educational" y yo me tomo mis obligaciones académicas muy a pecho.
El capítulo en cuestión versaba sobre los monstruos que habitan en algunos hombres y algunas mujeres, y que son descubiertos en el momento menos pensado y con sorpresas harto desagradables, que hacen huir despavoridamente al partener de turno.

Cada una de las neoyorquinas amigas se vio en la penosa situación de descubrir monstruitos que habitaban la ciudad bajo el disfraz de Carmelitas Descalzas. Charlotte encontró a uno cuyo único talento era hacer extremadamente bien era sexo oral. Por poco se muere cuando le informaron que el señor en cuestión era conocido como "Mr. Vagina". La pobre y soñadora Charlotte se había hecho ilusiones de llegar al altar con el dotado hombre, creyendo que su habilidad podría tener ramificaciones en otros campos (por ejemplo el intelectual o el emocional). Demás está decir que el cálculo le dio ERROR.

Samantha encontró a un hombre que en plena situación erótica le dijo que era una vieja de 40 (la otra no sabía si matarlo o huir sin más) y tras cartón se encadenó y le propuso practicar sexo sado masoquista.

Carrie se topó con varios: uno que le agarró un brote en la cola del cine, se atacó y empezó a gritarle a todo el mundo sin razón aparente; el otro un broker en alza, con un estado financiero envidiable, que de todas formas insistía en robar revistas de segunda mano (Hello -ou?); y otro, un premiado documentalista que odiaba lo que hacía y se lo hacía saber a toda la humanidad con un humor de perros digno de mejor causa. Luego tuvo un último y casual encuentro, un hombre que aparentemente no tenía nada de monstruoso. Se divisaron en el Central Park. Después de un intercambio de miradas, se saludaron y comenzaron a charlar. El también se había topado con mujeres "monstruos". Una de ellas insistía en dormir con los zapatos puestos. La cuestión es que una cosa llevó a la otra, salieron una noche a cenar y todo fue bien y los dos parecían estar sorprendidos. Carrie resolvió presentarle a un amigo de Ben (su reciente adquisición) a Miranda. Todo fue mal. El amigo de Ben no había salido en 10 años de Manhattan y hacía un culto de ello. Un insoportable que se rió de Miranda cuando ella comentó que iba a Conneticut a visitar a su madre. ¿Qué necesidad había de ir al campo? Miranda decidió que era hora de alimentar a su gato e hizo mutis sin más, deseándole mejor suerte a Carrie, pero se lo dijo sin ningún atisvo de optimismo.
Esa noche Carrie y Ben hicieron el amor en el departamento de él y no tuvo nada de monstruoso. Lo más monstruoso que ocurrió esa noche fue el tatuaje de Twittie de Ben, obtenido en una noche borrachera. O sea, nada.
A la mañana siguiente, Ben le dijo que esperara allí, que él iba a jugar al football, y que volvía en dos horas. Carrie pensó que era su oportunidad de oro para descubrir la monstruosidad que ocultaba su amante y puso manos a la obra. Oscultó el interior de su heladera, su cajón de ropa interior, y cada rincón del departamento. Ni un signo de rareza. Hasta que se topó con una caja de madera difícil de abrir. Decidió que era allí donde Ben ocultaba su lado oscuro y resolvió violentar la caja. En ese momento apareció Ben. Atónito le preguntó que estaba haciendo y que había resuelto no ir al jugar para quedarse con ella. Carrie le confesó que estaba buscando signos de monstruosidad (no tuvo más remedio). El deslizó la tapa de la caja (ella estaba tratando de abrirla hacia arriba) y le mostró sus insignias scouts. Ella dijo que se iba y él le contestó "Buena idea". No era necesario aclarar nada. Ellos dos jamás volverían a verse. La última reflexión de Carrie camino a su casa fue que el miedo por encontrar lo monstruoso en el otro la arrojó a una monstruosidad propia y fue devorada por ella.

Me quedé pensando... Ultimamente conocí a algunos monstruos, que generosamente descubrieron su monstruosidad en seguida. Afortunadamente optaron por autoeliminarse de mi vida, sin darme el trabajo espantoso de tener que hacerlo yo. Les agradezco.

Sólo espero seguir adelante sin que el miedo por encontrar la monstruosidad en el otro fagocite la oportunidad de encontrarme con aquellos seres que no la poseen (y que gracias a Dios existen). Porque no tengo dudas de que si ese miedo nace se reproducirá en un monstruo invivible.

Buen fin de semana.

viernes, noviembre 18, 2005

Aplausos, por favor

No me van a decir que no he recorrido un largo camino, muchacha. Y eso que no fumo Slims. Y eso que nunca fumé nada, ni siquiera un porro de mala muerte.
Ahora quién le gana a quién? La Tecnología a mí o yo a la Tecnología?
Hasta foto, puse (Muchacha en la Ventana, de Salvador Dalí). Hasta la dirección de mi güeb, puse. Hasta la dirección del Blog de Caroláin y Yami, puse.

Vamos bien, no?

Besines, v.

jueves, noviembre 17, 2005

Shalom

Como ven, mi lucha con la tecnología no cesa. A veces venzo yo, a veces vence ella. (Qué me hago la rana? Casi siempre vence ella). Igual, no me quejo. Ya logré usar el photoshop con bastante decencia. (Nivel usuario, no se hagan ilusiones ni me vengan con el aluvión de preguntas).
Estos días son raros. Termina el año y todo el mundo está harto, pero yo trabajo de sol a sol y de sombra a sombra.

Mi petit departamento con orientación oeste se está convirtiendo en el quinto infierno merced a las altas temperaturas y al solazo de la tarde. Gracias al cielo que el año pasado puse el aire acondicionado. Igual, muchas veces ni estoy. Ayer tuve que irme hasta Barracas. Una hora y media en 2 colectivos a la ida + una pequeña caminata de 800 metros a campo traviesa. La vuelta no fue tan trágica.

Me pregunto cuando podré nuevamente continuar con este blog.
Quién ganará el próximo round, la tecnología o sho?

Hagan sus apuestas, señores.

Bacci a tutti.