lunes, julio 16, 2007

Bergman y Marshall Meyer

Carta de Lectores publicada en La Nación el 1 de julio de 2007

Señor Director:

"Su diario ha presentado al rabino Sergio Bergman como discípulo de mi difunto esposo, el rabino Marshall Meyer. Nada más alejado de la verdad.

"Le puedo asegurar que los actos y posiciones políticas del rabino Bergman están en las antípodas del pensamiento de Marshall Meyer. A mi esposo le daría vergüenza saber que un rabino argentino como Bergman propuso cambiar la palabra libertad por seguridad en el himno argentino.

"Tampoco hubiese aceptado compartir un estrado con Juan Carlos Blumberg mientras anuncia su intención de coartar las libertades individuales. Quienes conocimos a Marshall sabemos que como parte de su fe religiosa estuvo en la Plaza de Mayo junto con las Madres durante la dictadura y visitó las cárceles donde recluyeron a Jacobo Timerman y a tantos prisioneros políticos.

"Le ruego que deje de utilizar la figura de mi esposo sin conocer ni su obra ni a sus verdaderos discípulos."

Naomi Meyer
209 West 86 St.
New York, EE.UU.

martes, julio 10, 2007

Amos Oz, la palabrala y paz

Extractado de un artículo de Santiago Kovadloff publicado en La Nación el 8 de julio de 2007

España acaba de concederle el Premio Príncipe de Asturias de las Letras. Se llama Amos Oz y tiene 68 años. (...) En sus manos, subraya el veredicto, ella se convirtió "en un brillante instrumento para el arte literario, la defensa de la paz entre los pueblos y la denuncia de todas las expresiones del fanatismo". ¿Qué es el fanatismo para Amos Oz? Su respuesta es irónica y precisa. "Creo que la esencia del fanatismo reside en el deseo de obligar a los demás a cambiar. El fanático es un gran altruista. A menudo está más interesado en los demás que en sí mismo. Y ello por la sencilla razón de que tiene un sí mismo bastante exiguo o ningún sí mismo en absoluto".

Entre los israelíes fanatizados a los que combate figuran los que aspiran a fundir en una sola entidad la Sinagoga y el Estado. Los que pugnan por convertir a la nación en un "Gran Israel" y a los árabes palestinos en una muchedumbre acéfala y sin patria. Su concepción de las cosas es, para el escritor, idéntica a la pregonada por el extremismo islámico. Ese que aspira a barrer a Israel del mapa. Entre estos y los ultraortodoxos israelíes, no ve Amos Oz diferencia alguna. Entiende, por eso, que es preciso lograr que el imperativo de la paz se sobreponga al aullido de los voceros de la muerte. (...) "Somos muy críticos con la autoridad palestina. Tan críticos con ella como con la autoridad israelí". A esa autoridad palestina le cabe "decir alto y claro algo que nunca ha proferido con éxito, concretamente que Israel no es un accidente de la historia, que Israel no es una intrusión, sino la patria de los judíos israelíes, por muy doloroso que sea para los palestinos".

El camino es, pues, el de la búsqueda de un acuerdo asentado en el recíproco derecho a la existencia.
Un arduo camino. Implica profundos renunciamientos. Pero también posibilidades inéditas. Las únicas indispensables para que la vida y la muerte dejen de ser sinónimos. "Israel sólo será libre cuando Palestina se convierta en un país vecino independiente". Para ello, el deber primordial, el decisivo, es reconocer al otro. No se trata, ante todo, de renunciar a la guerra, sino al espíritu de agresión que la desencadena. A la presunción de que el vecino no merece otra cosa que ser aniquilado. Y para ello no es indispensable el amor sino la sensatez. "Desde mi punto de vista, lo contrario de la guerra no es el amor. Lo contrario de la guerra es la paz. Quedaré saciado si alcanzo a ver al Estado de Israel y al Estado de Palestina conviviendo como vecinos honestos sin explotación, sin derramamiento de sangre, sin terror, sin violencia. En cuanto al amor iré a buscarlo a otra parte".

Recíprocamente maniatados por el desprecio, palestinos e israelíes deben separarse. Lo harán si se liberan mediante un acuerdo. "Los divorcios nunca son felices. Especialmente este divorcio en concreto, que será rarísimo porque las dos partes en litigio se quedarán definitivamente en el mismo departamento. Nadie se va a mudar".

viernes, julio 06, 2007

IDISHE MAMES QUE OPINAN SOBRE LOS TEMAS DE ACTUALIDAD

¿La convertibilidad? -
Yo siempre estuve en contra desde el primer momento: no me gustaría que un hijo mío se convierta.
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¿Los clones?
- Si mi hijo tuviera un clon, seguro que el clon tampoco me llamaría nunca a ver como estoy...
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¿El chat?
- Es un sistema en el que no se puede hablar con otro sin interrumpirse, no tiene ningún sentido.
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¿Las terapias alternativas?:
- Conozco sólo tres: la sopa con kneidalaj, la enema y la torta de queso. ¡Con eso se cura cualquiera!
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¿La globalización?
- ¿Eso es una novedad?!!! Una idishemame siempre se tiene que ocupar de todo el mundo.
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¿Las centrales telefónicas?
- Yo voy a poner una central que diga: Ud. se ha comunicado con Berta; si quiere knishes marque uno; si quiere vareniques marque dos; si quiere saber como estoy
se ha equivocado de número, a mi nunca me llaman para saber como estoy!
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¿Los delivery boys?
- Cómo corren essos chicos en las motos! seguro que cuando van a visitar a su madre, no se apuran tanto.
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Las Idishe mames se actualizan, y dejan en sus contestadores mensajes como éste:
"Por fin llamaste!. Ahora no puedo atenderte porque estoy sufriendo, pero dejame tu mensaje diciéndome cómo estás, dónde estás y qué comiste, que cuando vuelvo, si estoy viva, te llamo."
O bien:
"Oi vey!, menos mal que estás vivo, hijo mío!. Como no me llamabas, fui
a ver a los hospitales, comisarías, bomberos y ambulancias, pero bueno, por suerte vos estabas lo más bien, divirtiéndote por ahí."
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- Mamá... ¿es cierto que Cristóbal Colón era judío?
- No... si hubiera sido judío, América se hubiera llamado Berta, como su mamá.
Para los católicos, el feto es considerado ser humano a partir de la concepción. Para los judíos, el feto es considerado feto hasta que obtiene su diploma de médico.