Bueno, qué decirles.
Ustedes se preguntarán cómo hicimos para juntar 100 kilos. Les explico. Mi valija salió de Buenos Aires con un modesto peso de menos de 30 kilos (lo permitido eran 32), pero mi mamá tuvo el buen gesto de aceptar de un primo de un amigo un bultito como de 5 kilos (crema de afeitar, shampoo y otras cosas que no existen en Israel), monedas para un coleccionista, alfajores a granel y quién sabe qué más. Cabe aclarar que en la mano llevábamos vinos y otras cosas no aconsejables de meter una valija.
El encuentro con la familia, un espectáculo. A mis tíos hacía poco que no los veía, pero a cuatro de mis cinco primos hacía diez años; desde que se fueron a Israel. Diez años es mucho tiempo. Los trillizos Florencia, Luciano y Naomi tenían menos de tres años. Malena tenía nueve. Dany tenía doce, pero él vino a Buenos Aires dos veces, por lo que el shock no fue tan grande.
Flopy se parece a mí.
Flopy se parece a mí.
Estoy en una zona del país en la que nunca estuve. Mis tíos, los Romano, viven en Raanana, una pequeña ciudad cerca de Tel Aviv, llena de floridos boulevares y con un parque increíble. Todo es nuevo y a la vez conocido. Es una suerte de vuelta a casa. La semana que viene es el Día de la Independencia y aquí se festeja a lo grande. Veré a una rama de la familia gigantesca y estará Rebequita, la prima de mi abuelo que es la única persona que habla ladino (español antiguo) que conozco.
Con Alegre iremos a Grecia. Hay unos paquetes de último minuto que te la voglio dire.
Con Alegre iremos a Grecia. Hay unos paquetes de último minuto que te la voglio dire.
Mañana vamos a Acre, donde no pudo desembarcar Napoleón y los cruzados dejaron su huella camino a Jerusalem.
Les mando un beso grande, v.
1 comentario:
Me mataste con Alegre!!! Y sus ríos de lágrimas!!! Una genia!!!!!!!
Publicar un comentario