martes, noviembre 22, 2005

Cuando la vida es bella, es bella de verdad

A riesgo de abusar de la tautología para explicar lo que difícilmente pueda explicarse con palabras, quiero expresar la felicidad inmensa que me provocan los sueños cumplidos y la tarea bien hecha.

Hace más de un año tuve un sueño (esta vez, despierta), de esos que en vez de al analista, uno se los cuenta al contador y a los expertos.

Tuve respuestas de casi todo tipo y pelaje. La mayoría positivas, algunas sustentablemente negativas. Después de un año largo, raro y muy difícil, con altibajos (muchos bajos y muy poquitos altos); las cosas comienzan a tomar un color bello, maduro, cristalino.

La realidad palpable, tangible, sustentable me dice que valió la pena el esfuerzo, las angustias, las noches en vela, la incertidumbre.

La vida me anuncia que el soñar vale su lucha.

Dulces sueños.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

genia Valerí!!

Anónimo dijo...

Esa es mi polla!! Arremeta!!!