miércoles, septiembre 27, 2006

Aueg figst tgrip tuguedeg - Rosario, una ciudad donde todos los perros duermen la siesta.

Destino (postergado aparentemente ad eternum, pero concretado felizmente el 14 y 15 de septiembre): Rosario, ciudad natal de mi nono Daniel y de Fontanarous.

Objetivo: Lanzamiento oficial en Rosario del sitio adnmundo, del cual Ruby es "Redactor en Jefe" y co creador junto a Juan Carlos.

Comentarios: Hay acontecimientos que son importantes en una pareja que recién comienza a dar sus primeros y firmes pasos. Este viaje ocupa un lugar de privilegio porque fue el primero que realizamos juntos. De alguna forma, el hecho de que no haya sido un viaje de placer, sino un viaje de negocios, no es menor para mí. Me sentí muy feliz cuando Ruby me pidió que lo acompañara. Es en esos momentos cuando adquiero la dimensión de que el albedrío es en realidad una felicísima bendición, no una coincidencia, o una maldición o una decisión de último minuto.
Llegamos el jueves pasado el mediodía después de un accidentado viaje en Chevallier, que nos hizo llegar con un contundente retraso y separados con Juan Carlos, quien se encaramó a otro micro.
Tarde de trabajo intenso. Conferencia sobre la situación en Medio Oriente con nutrida asistencia, a pesar del paro docente en la UNR (Universidad Nacional de Rosario). (¿Sabían que a la ciudad universitaria rosarina le dicen Siberia? - sho, no). Igual, los estudiantes jugaban al fulbito en las canchas del campus frente al río.
Luego, charla sobre periodismo en la UAI (Universidad Abierta Interamericana). Edificio asombroso, con estilo andaluz, bien conservado. Daba ganas de quedarse mirando todos los detalles.
Audiencias curiosas y preguntonas. Novia de Ruby, orgullosa.
Dopo, opípara cena con la troupe rosarina que escribe en el s Juan Carlos, Fabián Vidoletti, Emilio el memorioso y las "Leonas del CEPI" la Verónica, laitio sobre política internacional: Eugenia y la Valeria.
Final del día en "El Cairo", legendario bar de Rosario que cuenta como habitué entre otros a Fontanarrosa. Primeras fotos de Ruby y yo juntos.
Viernes. Conferencia de prensa con los medios locales. Paseo por la calle Córdoba; Monumento a la Bandera; el Paraná. Nota importante: todos los perros que vimos después del mediodía buscaron su rinconcito para descansar al sol. La siesta en Rosario no es patrimonio exclusivo de las personas. Almuerzo frente al río. Surubí que te la voglio dire. Una vuelta más por el shopping y derechito a la terminal. Regreso a Buenos Aires.
Bajar del micro en puente Saavedra y volver muertos de cansancio a casa.
Hacía mucho que no visitaba Rosario, desde mis tiempos de General Motors. Es una ciudad preciosa, energética, donde el cielo muestra su irreprochable presencia en cada rincón.

Besos embanderados

martes, septiembre 05, 2006

A pedido del público - DETALLES

Antes que nada, nobleza obliga. Mil gracias por los comentarios preciosos y los buenos augurios. Ante la insistencia de la teleaudiencia, (o sea "uds" pronunciado U-D-S con acento prosódico en la U, y no "ustedes") les cuento algunos detalles sha sea jugosos, sha sea triviales, de mi relación con Ruby (alias Rubén en el DNI, alias Yumein en aimará, alias Duby para los más pequeños que habitan en Francia).
Nos conocimos hace más de un año, en una presentación, pero no tan típica porque a ninguno de los dos nos dijeron que nos iban a presentar. A mí me engatuzaron diciéndome que él me podría ayudar en el área laboral y a él ni mu le dijeron. Su padrino, de aquí en más "el artífice", sólo le dijo que pasara por el bar de Suipacha y Av. de Mayo a buscar un dinero.
Esa noche, el padrino se fue, Ruby se quedó sin su dinero, pero se quedó charlando con la chica (o sea muá).
Desde esa noche pasaron la mar de malos entendidos y sobre todo un cagazo de dimensiones considerables de mi parte.
Nos dejamos de ver.
Este año, previa meditación en Punta del Este, establezco nuevo contacto con el caballero. De vuelta me cago en los calzones. Viajo a Israel con mi progenitora.
Vuelvo.
Ruby me canta la filípica en Pérsicco y me dice que no puede evitar que yo le guste y que me deje de joder. Hago caso a medias, tratando de dejar la incontinencia, pero sufro un revés que por poco me quedo sin este hombre maravilla.
Viernes 14 de julio, aniversér de la Revolución Francesa y cumpleaños de mi abuelo que cumplió 92 (ó 93?), salimos a comer comida armenia, a morirme de frío un poco, a tomar café y a enamorarnos definitivamente. Por supuesto que seguí jodiendo un rato más, pero esa noche no dormí de la emoción.

Antes de una semana me dio el beso más lindo del mundo. Cuatro días después tenía las llaves de mi casa. De mi vida. De mi mundo.