Entre tantas noticias terribles y la crónica interrumpida de un viaje inolvidable, ocurrió - me ocurrió - la maravilla. Vino sigilosa el domingo 23 de julio para quedarse.
Por tercera vez en mi vida respiro la certeza del amor y miro orgullosa y conmovida al hombre, al rey, que camina a mi lado.
Dicen que la felicidad posee un tiempo retroactivo y que se formula en pasado. No lamento decir que no estoy de acuerdo. A nosotros nos está ocurriendo en tiempo presente contínuo.
Sólo puedo decir que deseo que la misma felicidad irrumpa en sus vidas e invada sus corazones.
Besos multicolores, v.